Después del derrocamiento y de la huida del General Marcos Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, se inició una época de transición hacia la democracia en Venezuela, que arrancó un año después de la caída del dictador, con la elección de Don Rómulo Betancourt, quien el 13 de febrero de 1959 asumió la presidencia de la nación.
Pero en medio del júbilo y de la bonanza económica inercial existentes después de la dictadura, en la década de 1970 se le infiltraron en el poder tras el trono al Presidente Carlos Andrés Pérez (CAP) un grupo de: estafadores, corruptos, manipuladores y especuladores, llamados los doce apóstoles compuesto por: banqueros, políticos, empresarios y supuestos "expertos", quienes aconsejaron a CAP, la eliminación del Bolívar-Oro en 1974, que había sido la razón del éxito económico y de la prosperidad de Venezuela, desde 1918 y hasta 1974, porque ese dinero era respaldado y redimible con oro y por tal motivo, era un dinero real y estable, porque mantenía su valor en el tiempo y esas bondades monetarias produjeron una inflación promedio anual ideal de solo 1,3 % durante 56 años, independientemente de los gobiernos de turno.
Pero en medio del júbilo y de la bonanza económica inercial existentes después de la dictadura, en la década de 1970 se le infiltraron en el poder tras el trono al Presidente Carlos Andrés Pérez (CAP) un grupo de: estafadores, corruptos, manipuladores y especuladores, llamados los doce apóstoles compuesto por: banqueros, políticos, empresarios y supuestos "expertos", quienes aconsejaron a CAP, la eliminación del Bolívar-Oro en 1974, que había sido la razón del éxito económico y de la prosperidad de Venezuela, desde 1918 y hasta 1974, porque ese dinero era respaldado y redimible con oro y por tal motivo, era un dinero real y estable, porque mantenía su valor en el tiempo y esas bondades monetarias produjeron una inflación promedio anual ideal de solo 1,3 % durante 56 años, independientemente de los gobiernos de turno.
Con esa decisión monetaria errada de CAP en 1974, se instauró un nuevo sistema monetario y financiero en el país, basado en el dinero fiduciario, que es el mecanismo por medio del cual, el banco central puede emitir cantidades exorbitantes de dinero, sin que esté obligado a respaldarlo ni a redimirlo con algún tipo de activo tangible y por tal razón, es promovido por los políticos y los gobiernos populistas, quienes creen falsamente, que teniendo dinero para: regalar, corromper, malgastar y mantener burocracias improductivas, lograrán obtener el poder y mantenerse en él eternamente.
Por otra parte, con el uso del dinero fiduciario se puede también otorgar al sistema financiero una especie de franquicia llamada la Reserva Fraccionaria, para que las entidades financieras puedan crear un dinero digital adicional de la nada para otorgar créditos, solo con base en asientos contables y esta actividad es un paraíso para los especuladores, que se acostumbran a: solicitar créditos en moneda nacional, adquirir divisas u otros activos y a anular sus deudas con la inflación y la devaluación permanente de la moneda, por lo cual corrompen a los intelectuales, a los periodistas, a los supuestos expertos y también a los políticos de todas las tendencias, para que promuevan, defiendan y creen leyes y decretos como es el control de cambios, que permitan que solo las castas privilegiadas accedan a las divisas, estafando así a: los trabajadores con salarios reales pírricos, a los ahorristas con tasas de interés negativas y a los inversores de la economía real quienes pierden sus patrimonios.
La falla de este sistema monetario y financiero, basado en el dinero fiduciario y la reserva fraccionaria, es que con dos grifos de muy alto caudal abiertos (Banco Central y Bancos Comerciales/Universales) produciendo cantidades astronómicas de dinero (liquidez), ese dinero pierde su valor y por lo tanto, se genera la inflación y luego la hiper-inflación, que termina arruinado al país, porque es bien sabido que con un dinero sin valor, nadie puede: trabajar, ahorrar, invertir ni producir y por tal razón se generan fenómenos económicos adversos tales como: el repudio de la moneda, la quiebra de empresas, la caída permanente de la producción (PIB), fenómenos sociales tales como la diáspora de los ciudadanos hacia otros países y adicionalmente fenómenos de tipo político, como es el repudio a los gobernantes.
A raíz de esas malas praxis económicas que hicieron fracasar a la economía en la democracia venezolana después de Marcos Pérez Jiménez, el 2 de febrero de 1999 el Sr. Hugo Chávez arrancó un nuevo período presidencial, después de haber sido elegido con grandes expectativas por parte de los ciudadanos venezolanos, para reformar la economía nacional, aprovechando la repatriación de las reservas de oro, pero su gobierno y los demás gobiernos sucesivos hasta la fecha, hicieron muchos cambios que no incluyeron el cambio del modelo monetario y financiero fracasado, basado en el uso del dinero fiduciario y de la reserva fraccionaria, que fue también sustentado por un rígido control de cambios por 16 años y por la aplicación de dos reconversiones monetarias incompletas, que solo le quitaban ceros a la moneda nacional, todo lo cual sirvió para que de nuevo: estafadores, corruptos y especuladores se lucraran: pidiendo créditos, comprando activos y divisas para enviar hacia los paraísos fiscales, sin producir nada útil para la nación y así se enriquecieran, porque sus deudas se anulaban con la inflación y la devaluación de la moneda, destruyendo la economía nacional y arruinando a los ciudadanos.
Actualmente se está tratando de hacer una transición de gobierno para corregir las crisis: económica, política y social existentes en Venezuela, producto de las malas praxis, pero infortunadamente los asesores económicos de los posibles candidatos a nuevos gobernantes, no hablan de la causa profunda del fracaso de la economía nacional que es de origen monetario y financiero, por lo que es muy probable, que se quiera continuar con las mismas malas praxis monetarias y financieras del pasado, porque quizás es posible, que los supuestos "expertos" quienes sean impuestos para asesorar en el área de la economía a quienes dirijan los destinos del país, sean como en el pasado, solo otros caballos de Troya más de los mismos grupos: económicos, financieros, políticos o geopolíticos que han manejado al país, a quienes no les interesa corregir las malas praxis generadoras de la crisis, porque hacen sus negocios pescando en los ríos revueltos, mediante la expoliación a: trabajadores, ahorristas y productores de la economía real y de esta manera, se podría repetir el ciclo perverso que han impuesto los políticos desde 1958 hasta hoy: Adecos, Copeyanos, Socialistas, etc, donde se cambian solo los actores visibles, pero no así las políticas fracasadas y perversas.
Por último, cualquier cambio de políticas económicas y/o de liderazgos políticos debe considerar, que la riqueza real y por ende la prosperidad y el bienestar de las naciones, se deben basar en la existencia de: bienes, servicios y conocimientos, pero para obtenerlos hay que: trabajar, ahorrar, investigar, invertir y producir y para que estas virtudes se puedan practicar, se requiere la existencia de un sistema monetario y financiero real y honesto, como lo fue: el bolívar-oro, la eliminación del uso de la regla llamada reserva fraccionaria para no producir dinero adicional ficticio, la existencia de total libertad cambiaria y adicionalmente, una disciplina fiscal en el gasto público, para que no se repitan los mismos errores de los últimos 60 años hasta el infinito y las mismas: desilusiones, desgracias y sufrimientos vividos por los ciudadanos venezolanos, quienes han sido engañados y defraudados por sus líderes políticos desde 1958.
Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador
No hay comentarios:
Publicar un comentario