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miércoles, 22 de marzo de 2023

Los factores que destruyen la economía de las naciones parte III

En los artículos anteriores de este ensayo, indicaba parte de la historia monetaria de Francia, Alemania y Estados Unidos, donde una práctica errada común en esas tres naciones, era la creación de dinero fiduciario e inorgánico en cantidades astronómicas, sin respaldo ni contrapartida con el incremento de la producción de bienes y servicios, lo cual conducía inexorablemente a las crisis económicas, que se reflejan en: alta inflación, caída del PIB real, aumento del desempleo, disminución del salario real, quiebra de empresas, quiebra de bancos y quiebra de personas, etc., y en el peor de los casos, a la utilización de la guerra como solución perversa de última instancia, para tratar de recuperar la economía colapsada, como fue el caso de Francia con Napoleón Bonaparte o de Alemania con Adolfo Hitler.


En la primera quincena del mes de marzo de 2023, han ocurrido una serie de quiebras y crisis bancarias en Estados Unidos y más recientemente en Suiza Credit Suisse– como producto del modelo en el sistema monetario y financiero actual, que a todas luces debe ser revisado, adaptado y corregido, pues existen prácticas que, aunque son legales, conducen a colapsos, con un alto impacto negativo para los ciudadanos y sin el ánimo de enumerarlas todas de manera exhaustiva, son entre otras: 

1.- El uso del encaje legal con muy bajos porcentajes, que le permite a la banca captar depósitos a la vista –cuentas corrientes y cuentas de ahorros– que son a corto plazo y hacer préstamos e inversiones de largo plazo, con un gran porcentaje del dinero captado, con lo cual se presenta un descalce de plazos, pues cuando los clientes pretenden disponer de su dinero, solo existe un bajo porcentaje disponible para hacer frente a los retiros, con el riesgo de producir corridas bancarias e implantación de corralitos financieros. 

2.- Permitir que haya emisión de dinero adicional a la base monetaria cuando los bancos otorgan créditos, pues los bancos centrales pierden el control sobre la oferta monetaria y de esta manera se expande la liquidez de modo exponencial, la cual está formada no solo por base monetaria, sino también por dinero crediticio adicional, dinero que en muchos casos supera a lo emitido por los bancos centrales, que es su base monetaria. 

3.- La existencia de apalancamiento por parte de las bancas de inversión, que toman dinero de la banca comercial, para prestarle a especuladores financieros que juegan en una especie de casino con la fluctuación de los precios de unos productos de humo llamados contratos de derivados, donde se manejan cantidades de dinero superiores a los de la economía real, sin que se produzca nada real, sino cifras de ofertas y demandas ficticias, pero que generan alto riesgo para los productores reales, los ahorristas y los fondos de pensiones, de donde sale el dinero para apalancar la especulación. Para conocer más sobre este tema, recomiendo leer el artículo Es la especulación estúpido. 

4.- La creación de más liquidez inorgánica por parte de los bancos centrales, para reflotar bancos quebrados, lo cual genera más inflación, pérdida del valor del dinero existente e incremento del riesgo moral, porque los ejecutivos financieros junto a los especuladores perciben que pueden seguir haciendo de las suyas con el dinero ajeno, pues siempre saldrán ilesos de sus errores y malas prácticas, porque tienen a un prestamista de última instancia que es el banco central. 

Después de este corto pero necesario preámbulo, continúo con los temas relacionados a la historia monetaria de los países que utilicé en mi investigación original del año 2013, cuando publiqué este ensayo, que ahora he actualizado. 

4. Caso de Venezuela: 

En 1918 Juan Vicente Gómez emulando a Napoleón Bonaparte respecto a la moneda, creó el bolívar oro, que era una moneda respaldada por oro con paridad de 0,29 gramos/bolívar y que se mantuvo vigente hasta 1974, manteniendo una inflación promedio anual de 1,3 % durante 56 años y generando bienestar, progreso y prosperidad para la nación, sus habitantes y muchos inmigrantes que llegaron al país arruinados por: las dictaduras, las guerras civiles y la segunda guerra mundial. 

En 1974 los asesores económicos de Carlos Andrés Pérez –CAP– le vendieron la idea de eliminar el bolívar oro, con la justificación de diversificar la economía petrolera del país, que según ellos no era posible con una moneda fuerte y aduciendo que, si Estados unidos había quitado el respaldo del dólar en 1971 convirtiéndolo en moneda fiduciaria, no había razón para que el país siguiera respaldando su moneda con oro. En el segundo mandato como presidente, CAP envió las reservas de oro hacia Inglaterra y nombró a varios ministros llamados “tecnócratas”, algunos de los cuales actualmente reciben ingresos provenientes de las fundaciones de George Soros. 

A raíz de la eliminación del bolívar oro, se inició una expansión de liquidez desenfrenada, que generó una falsa prosperidad y comenzó también un boom de gasto y de endeudamiento tanto interno como externo, en los sectores público y privado, que condujo a una primera devaluación de la moneda en 1983 por Luis Herrera Campins. 

A partir de esa fecha, muchos expertos economistas académicos tanto del país, como de las bancas de inversión internacionales, no han dejado de promover la devaluación de la moneda, utilizando los medios impresos, audio visuales o digitales y las cátedras universitarias, para adoctrinar a sus estudiantes y a muchos empresarios, debido a que descubrieron que el mejor negocio para ellos, en vez de producir bienes, servicios y conocimientos, consistía en dedicarse a actividades especulativas, que se basan en: pedir créditos y préstamos, comprar dólares u otros activos duraderos y luego promover la devaluación de la moneda, para licuar sus deudas, expoliando a los ahorristas, trabajadores e inversores de la economía productiva, con la gravedad de que quienes deberían tomar las medidas económicas que permitan cumplir con el objetivo fundamental del banco central, de mantener la estabilidad de la moneda y de los precios, no toman las medidas orientadas a corregir el problema de expansión de liquidez, ni de regulación del crédito, que crecen de manera vertiginosa diariamente, para beneplácito de los especuladores, que llaman a esa falsa virtud pragmatismo. 

Cabe destacar que desde 1983 hasta la fecha ha habido gran devaluación de la moneda, la inflación anual ha sido de más de dos cifras y sin embargo no ha habido ningún tipo de incremento significativo en la producción y exportación no petrolera. 

Aunado a lo anterior y a la existencia del control de cambios implantado desde el año 2003, tal como era de esperarse, aparecen los efectos de una expansión irracional de la masa monetaria sobre la economía nacional, que son: inflación, escasez, miseria, delincuencia, especulación, corrupción y en algunos casos saqueos. 

Al existir un control cambiario, los especuladores crearon una figura perversa, llamada el dólar negro o paralelo, que genera una inflación adicional espuria, debido a que es utilizado por comerciantes y algunos productores inescrupulosos, para indexar el precio de bienes y servicios a ese tipo de cambio ficticio, incluso por quienes recibían dólares a precios preferenciales, para importar insumos o bienes terminados. 

El precio de ese dólar negro se calculaba, promediando la tasa de cambio diaria de pesos colombianos por bolívares en Cúcuta, que es una ciudad ubicada en la frontera con Colombia, convertida a Bs/dólar y una relación llamada el dólar implícito, que es el resultado de dividir la liquidez monetaria entre las reservas internacionales. 

Si tenemos en cuenta que la liquidez se incrementa cada vez que se imprimen billetes, se otorgan préstamos o se usan los créditos concedidos, al mantener las reservas internacionales constantes o decrecientes, cada vez que se liquida un nuevo crédito o se hace un consumo con tarjeta de crédito, el supuesto dólar implícito también aumenta, al aumentar la liquidez, lo que es aprovechado por los comerciantes para subir los precios que están dolarizados, pero los sueldos y salarios no están indexados ni dolarizados y actualmente los salarios mínimos mensuales están cerca de 5 dólares y con tendencia a la baja a medida que el bolívar se deprecia. 

Al 10 de marzo del 2023, la Base Monetaria –BM = dinero emitido por el BCV– era de Bs 15,5 millardos (MMM) y la Liquidez Monetaria –LM = Base Monetaria más dinero nuevo generado por los créditos– era de Bs 26 millardos, pero esas cifras aparentemente bajas son producto de la eliminación de 14 ceros a la moneda desde 2008 hasta la fecha, lo que implicó 3 reconversiones monetarias. 

Las cifras anteriores implican que Bs 10,5 millardos –que es la diferencia entre Liquidez y Base monetaria– es dinero adicional creado por el otorgamiento de créditos bancarios y en términos porcentuales el dinero emitido por el BCV es del 60 %, mientras que el dinero de origen crediticio es del 40 %. 

La relación entre las variables LM/BM es el multiplicador bancario de 1,678 lo que indica que, por cada bolívar emitido por el BCV, se han generado 0,678 bolívares adicionales, al otorgar préstamos o usar los créditos. 

A finales de febrero de 2023 el encaje legal que es el dinero que deben mantener los bancos en reserva para garantizar los retiros de los clientes era del 73 %. 

Para restablecer el orden monetario perdido de Venezuela, unas buenas prácticas económicas adicionales a las operaciones de mercado abierto usadas actualmente, cuyos efectos son temporales, serían: incrementar el encaje legal de manera ordenada –de forma que el encaje para depósitos a la vista sea del 100 % y de un porcentaje menor para los depósitos a plazo fijo–, regular los créditos no productivos que se orientan hacia compras del dólar paralelo, disminuir los límites crediticios, esterilizar parte de la base monetaria con la venta de divisas provenientes de las exportaciones petroleras y por último, fortalecer las reservas internacionales, consolidando los excedentes de divisas en el banco central, debido a que el uso y manejo de fondos discrecionales, podría ser mal utilizado, no necesariamente con mala intención o dolo, sino realizando malas inversiones financieras, que produzcan riesgos innecesarios, para obtener rendimientos pírricos en el exterior y riesgo de ser bloqueados o peor aún confiscados. 

Con la aplicación de las medidas monetarias anteriores, se lograría estabilizar y fortalecer la moneda y generar la confianza para poder ahorrar e invertir en la economía productiva y por tanto reducir los niveles de inflación, pero en el corto plazo es conveniente restablecer el bolívar oro como moneda fuerte y estable. 

Algunas conclusiones: 

La revisión de las historias monetarias anteriores en esos cuatro países, nos permiten concluir de manera objetiva, que además de la existencia de un modelo monetario, que elimina la función del dinero de ser una reserva de valor, por causa de permitir la generación de expansiones irracionales de liquidez, existen también algunas debilidades humanas, que, en conjunto con ese modelo monetario fracasado, constituyen los factores que destruyen la economía de las naciones. 

Estas debilidades humanas son: la avaricia e insaciabilidad de algunos, la corrupción de otros y la ignorancia de los pueblos y de los políticos, que permiten imponer modelos monetarios y financieros fracasados, independientemente de sus tendencias políticas –izquierda, centro o derecha– y que solo sirven para favorecer a los corruptos y especuladores, debido a que se valen de la especulación monetaria, para obtener grandes beneficios en detrimento de la gente común. 

Por otra parte, el modelo keynesiano-monetarista de financiar el déficit fiscal de las naciones y el populismo con: expansión de liquidez, endeudamiento y devaluación, aunado con el relajamiento del crédito, son bombas de tiempo que conducen a las economías inexorablemente hacia su fracaso, con el sufrimiento para las personas y el riesgo de querer resolver estos problemas por medios belicistas. 

Adicionalmente se observa un comportamiento típico de los gobiernos y los candidatos a gobernantes de todas las naciones en crisis, de mantener en sus cargos o promover a las mismas personas que los asesoran erradamente y que han llevado a sus economías hacia el abismo, porque aplican una y otra vez las mismas herramientas ineficaces, creyendo que alguna vez obtendrán resultados diferentes. 

Por último, quiero sugerir algunas posibles acciones para solucionar el problema monetario y financiero mundial existente, para que la moneda satisfaga su función básica de ser reserva de valor, que, al no cumplirse, es la causa fundamental que desencadena la avaricia y la corrupción de algunos agentes económicos y distorsiona la economía de todos los países sin excepción. Estas soluciones son: 

1.- Regreso a una moneda respaldada 100 % por oro u otro activo tangible escaso. 

2.- Indexación de la liquidez al PIB real. 

3.- Eliminación del uso de la reserva fraccionaria, para que solo los bancos centrales emitan dinero redimible con activos tangibles. 

4.- Control absoluto sobre la economía especulativa. 

Lo anterior implica que con una moneda que no conserva su valor, los únicos beneficiarios son los especuladores, que sin producir nada se hacen ricos: pidiendo créditos, negociando productos que no existen, comprando con sus ganancias activos duraderos y luego promoviendo la expansión de la liquidez y la devaluación, para licuar sus deudas, lo cual genera un daño moral a los verdaderos productores, quienes deciden que es mejor especular que producir y este es el karma de la economía mundial, que hay que corregir.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 22
 de marzo de 2023

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 21 de marzo del 2023 y está en el enlace: Los factores que destruyen la economía de las naciones III

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Notas económicas sobre Venezuela

Revisando las estadísticas de frecuencia semanal del BCV al 2 de diciembre de 2022, podemos observar que la base monetaria –que es el dinero que genera el banco central de Venezuela– era de 14.437.683.463 bolívares, mientras la liquidez –que es la oferta monetaria total– era de 18.396.358.376 bolívares, lo cual implica que hay un diferencial entre liquidez y base monetaria de 3.958.674.913 bolívares, que es un dinero adicional creado por la banca comercial al otorgar créditos, siendo que en términos porcentuales el 78% de la liquidez corresponde a la base monetaria, mientras que el 22% corresponde al diferencial adicional, que no es un pasivo monetario del BCV, pero además, se observa que en las dos semanas anteriores a la fecha indicada hubo un incremento de liquidez del 26%, lo cual genera presiones inflacionarias y alta demanda de divisas.

Para la fecha 2 de diciembre de 2022 el tipo de cambio BCV era de 11,69 bs/dólar y si dividimos la liquidez en bolívares por el tipo de cambio oficial, obtenemos la liquidez monetaria expresada en dólares que era de 1.573.683.351 dólares, mientras que las reservas internacionales eran de 10.000.000.000 dólares, lo que implica que toda la liquidez monetaria en dólares corresponde al 16% de las reservas internacionales y esto conduce a afirmar que todos los bolívares existentes en el mercado se pueden absorber y reemplazar por divisas, con el 16% de las reservas internacionales quedando disponible el 84% restante.

Si dividimos la liquidez monetaria en bolívares por las reservas internacionales en dólares obtenemos una relación llamada tipo de cambio implícito que es 1,84 bs/dólar y si ahora dividimos la tasa de cambio oficial por el tipo de cambio implícito podemos ver que el tipo de cambio oficial es 6,35 veces la tasa de cambio implícita, de donde podríamos concluir que la tasa de cambio oficial del BCV está sobrevalorada con respecto al tipo de cambio implícito de referencia.

Para la fecha 9 de diciembre de 2022 la tasa de cambio oficial era de 14,13 bs/dólar lo que representa una devaluación porcentual de 21% en una semana, que indica una devaluación promedio diaria durante la última semana del 3%, mediante un método conocido como crawling peg.

Si consideramos que el salario mínimo actual es de 130 bs/mes, a tasa de cambio oficial ese salario es de 9,20 dólares/mes o sea 0,31 centavos de dólar/día y con una tasa promedio de devaluación diaria del 3%, dentro de pocos días el salario nominal mensual estará cerca de cero dólares, lo que hace que dicho salario real sea negativo, pues no alcanza ni para cubrir los gastos de transporte del trabajador.

Por otra parte, al colocar obstáculos para transar, comprar y vender divisas de manera libre, desde hace varios años ha existido un mercado paralelo, donde la tasa de cambio del mercado negro para el 9 de diciembre de 2022 era de 18,20 bs/dólar, que es un 29% superior al tipo de cambio oficial y aquí es donde los especuladores usan una estrategia llamada arbitraje financiero, que consiste en comprar divisas en el mercado oficial y venderlas en el mercado negro, usando bolívares tomados a crédito –por eso promueven la disminución del encaje legal, para apropiarse indebidamente de ahorros y depósitos de los ingenuos– y obteniendo ganancias diarias cercanas al 29% por cada operación efectuada –una pelusa–, estafando así a los ciudadanos y jodiendo a la economía del país, con la anuencia y apología de profesores de economía y supuestos expertos económicos sinvergüenzas, que además son vendedores de encuestas amañadas y que recomiendan devaluar permanentemente la moneda, según ellos para poder aumentar la producción nacional y la exportación, lo cual es una falacia, si se tiene en cuenta que desde el año 2008 se han eliminado 14 ceros a la moneda nacional, de tal suerte que el tipo de cambio con referencia al año 2008 es de 1.413.000.000.000.000 bs/dólar o sea 1.413 billones latinos de bolívares/dólar, que es una cifra propia de la economía de Zimbabue, sin que se haya disparado ninguna producción y la exportación ha sido únicamente de capital financiero y humano, porque los promotores de la devaluación recomiendan también que no se incrementen los salarios de los trabajadores, quienes deben abandonar al país o morir de hambre, causando problemas migratorios.

En economía existe un supuesto de insaciabilidad que en palabras simples es la avaricia– que hace creer a los ingenuos que “siempre más es mejor” sin entender los conceptos de cantidades nominales vs reales, con lo cual se distorsiona la ley de oferta y demanda, convirtiendo en una utopía la creencia de auto regulación de precios de bienes y servicios, mediante las fuerzas del mercado, lo que desencadena perversiones tales como: la especulación, el acaparamiento, el consumismo y la neoesclavitud, entre otras distorsiones, siendo por ello necesario la participación activa de los gobiernos, en materia de regulación de precios y salarios para evitar situaciones, tales como las que ocurren con los oferentes de alimentos, quienes prefieren botar a la basura un alto porcentaje de estos bienes al llegar a la fecha de vencimiento, en vez de manejar precios racionales mediante las ofertas, para que los ciudadanos los puedan adquirir y los comerciantes obtengan mayores beneficios por volumen de ventas. Por esa razón considero que se deben crear topes a los precios en dólares para los bienes y servicios, pero además en vez de mantener especuladores y productores ineficientes, de ser necesario habrá que abrir las importaciones, para evitar monopolios de oferta.

En Venezuela hay falta absoluta de equidad y racionalidad económica, pues como se indicó anteriormente, los salarios reales son tan precarios –menores a un dólar diario– lo que genera pobreza extrema, con un salario mínimo real mensual que representa solo 1 kilogramo de carne de res o menos, con lo cual los trabajadores no logran recuperar su energía vital y así no pueden ser productivos, pues un salario mínimo mensual real debería alcanzar para comprar al menos 60 kilos de carne de res y esta situación de irracionalidad económica, es conocida como neo esclavitud.

Si el banco central de una nación, que tiene como objetivo mantener el valor tanto interno como externo de la moneda nacional y la estabilidad de los precios, no logra cumplir con sus objetivos fundamentales, debería ser eliminado y proceder a dolarizar plenamente la economía como una alternativa válida y factible, pues como lo he mencionado en otras oportunidades, las otras dos opciones serían: crear una caja de conversión cambiaria o mejor aún regresar al patrón oro, siendo que estas dos últimas opciones obligan a conservar la figura del banco central, que debería ser un ente autónomo, eficiente y eficaz en el cumplimiento de sus objetivos.

Con acciones monetarias y financieras irracionales, las personas, las empresas y los países terminan: quebrados, arruinados y endeudados, mientras se le colocan cantidades astronómicas de ceros a las cifras que se manejan en la economía, creyendo ingenuamente que esto es riqueza, lo cual ahuyenta tanto a los recursos humanos como a los financieros que quieran invertir en la economía real del país.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 14
 de diciembre de 2022

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 13 de diciembre del 2022 y está en el enlace: Notas económicas sobre Venezuela

martes, 29 de noviembre de 2022

La devaluación es una estafa

En el libro VII de la República de Platón, hay un interesante tema llamado “La alegoría de la caverna” donde este filósofo griego, mediante el uso de metáforas –tal como la existencia de los habitantes de una cueva amarrados con cadenas de por vida por las piernas y el cuello, sin poder ver la luz del sol– pone de manifiesto el estado de la mayoría de la población, con relación al conocimiento de la verdad y donde la humanidad inconscientemente es prisionera y esclava de la ignorancia, tomando cómodamente por verdad, solo los ecos y las sombras fantasmales proyectadas de la realidad e infortunadamente, esta alegoría de hace 2500 años sigue vigente actualmente, por falta de una buena educación para los ciudadanos que somos víctimas de restricciones y manipulaciones informativas.

Sobre asuntos monetarios, financieros y cambiarios, que en mi opinión son de vital importancia porque afectan la calidad de vida de todos los ciudadanos, he investigado y publicado desde el año 2011 algunos artículos y ensayos, hasta el punto de parecer reiterativo y quizás fastidioso, porque observo que aún pululan los apologistas de las aberraciones devaluatorias, quienes siguen habitando en la caverna mencionada por Platón –metáfora– donde esos evangelistas y predicadores de las malas artes, irresponsablemente ponen en riesgo la economía, pues utilizan prácticas perversas para crear caos en los mercados y estafar a la gente inocente o ignorante, con diversos modus operandi, tales como son algunos de los más conocidos:

1.- Pedir créditos en moneda nacional, comprar divisas, promover la devaluación y luego vender parte de las divisas adquiridas para pagar las deudas devaluadas contraídas en moneda local, quedándose con una parte importante de las divisas compradas.

2.- Promover controles cambiarios o trabas y dificultades para transar o comprar y vender divisas, creando tipos de cambio y mercados paralelos al oficial, para utilizar un concepto llamado arbitraje, donde se compran divisas a precios bajos en el mercado oficial y luego se venden más caras en el mercado paralelo, siendo financiados por créditos bancarios.

3.- En los países con mercados libres de divisas, crear productos derivados con contratos a futuro, basados en tasas de cambio de diversas monedas extranjeras, hacer fluctuar los tipos de cambio para ofrecer en venta cantidades que no se tienen cuando el precio está alto y solicitar compras ficticias cuando el precio está bajo y así obtener ganancias mediante la diferencia entre el precio total de la venta menos el precio total de la compra, siendo que el dinero utilizado para especular, es tomado a crédito con apalancamiento de entidades financieras.

La devaluación es un fraude usado desde épocas del imperio romano, para reducir no solo los pasivos y las deudas contraídas, sino también el salario real de trabajadores, soldados e ingenieros de aquellos tiempos, sin que ellos se percataran, pues recibían nominalmente el mismo monto o quizás un monto mayor, pero realmente obtenían menos poder de compra por su trabajo, donde la trampa se hacía con las monedas de plata llamadas denarios, mediante métodos tales como la disminución del tamaño o del peso de la moneda o el aumento del porcentaje de aleación con metales más baratos, siendo que el objetivo de los emperadores quienes reservaban para ellos y sus cortesanos las monedas de oro– era siempre tener más dinero sin valor para gastar –expansión de liquidez– pero entregando menos metal de plata por denario a los usuarios de la moneda –devaluación– y esa fue una de las razones del colapso y el fin del imperio romano, pues esas malas praxis producen siempre: pobreza, ruina, delincuencia, repudio del dinero e inflación, en cualquier tiempo y lugar donde se utilicen.

Obsérvese que la devaluación, así como toda forma de especulación, son juegos de suma cero, donde lo que ganan los estafadores y especuladores –quienes no trabajan ni producen nada lo pierden quienes: trabajan, ahorran, invierten y producen, pues al devaluar la moneda se produce un traspaso de riqueza de la economía real hacia la economía especulativa o parasitaria, que en el mediano y el largo plazo conduce a crisis, recesiones, depresiones económicas y peor aún, hacia guerras civiles, locales o mundiales.

Debido a que en algunos países hay relajamiento en el manejo del crédito para especular en vez de producir, donde el encaje legal está cerca del 0%, lo cual implica que los bancos comerciales pueden prestar casi la totalidad de los depósitos y ahorros de sus clientes a tasas reales negativas, si muchos de esos clientes fueran a retirar su dinero simultáneamente, habría un problema de falta de liquidez o peor aún de insolvencia y esto podría conducir a implantar los corralitos financieros, a situaciones de inestabilidad y quiebra del sistema financiero o a expandir exponencialmente la liquidez monetaria por parte de los bancos centrales, para reflotar a los bancos comerciales quebrados e insolventes, situación que ha ocurrido en muchas otras ocasiones en diversas partes del mundo.

La ignorancia de la gente es utilizada por una especie de aprendices de brujo de la economía, quienes a cuenta de una supuesta experticia engañan a los ciudadanos, haciéndoles creer que es un gran negocio para habitantes y países ingenuos, estar devaluando permanentemente sus monedas, repitiendo como loros mantras tales como: la moneda está sobrevaluada, para producir y exportar se deben hacer devaluaciones competitivas, el país sufre la enfermedad holandesa, etc., frases que son familiares para muchos lectores.

A principios de los años 90 del siglo pasado, cuando cursaba un postgrado en una prestigiosa universidad, estando en una clase de microeconomía, el profesor de la materia, quien además era gerente de tesorería de un banco, quizás por tener en clase la visita de un par de personas extrañas, dedicó las 2 horas académicas para tratar de explicarnos las bondades de la devaluación para Venezuela, siendo que en vista de su insistencia, tuve que replicarle que esa práctica me parecía errada y además un fraude, más aún cuando se trataba de un país que solo exportaba hidrocarburos, que tienen una demanda altamente inelástica, con precios cartelizados y por esa razón, los países exportadores de crudo del medio oriente mantenían sus monedas fuertes y estables como correspondía a un país petrolero exitoso.

En Venezuela se le hace caso a las recomendaciones devaluatorias, mediante los cantos de sirena de: intelectuales, políticos, vendedores de encuestas amañadas y supuestos expertos, de manera que en el gobierno del Dr. Luis Herrera en 1983, empezaron las devaluaciones y hasta el presente no han parado de devaluar la moneda nacional y por tal razón, desde el año 2008 hasta la fecha se ha tenido que ir eliminando en promedio un cero por año a su signo monetario, para poder continuar con esas prácticas nefastas, siendo que para el 18 de noviembre de 2022, la tasa de cambio oficial estaba en 9,98 Bs/dólar, mientras el tipo de cambio implícito que es la relación Liquidez/Reservas internacionales es de 1,45 Bs/dólar lo cual implica que el tipo de cambio oficial es 6,88 veces la tasa de cambio implícita.

Con un salario mínimo mensual de 130 bolívares y una tasa de cambio de 9,98 bs/dólar, el ingreso de los pensionados y muchos trabajadores es de 13 dólares al mes o sea 43 centavos de dólar diario, lo cual es un salario real precario que esclaviza y hace pasar penurias a muchos ciudadanos, algunos de los cuales deben escoger entre morirse de hambre o emigrar del país en busca de ingresos que les permitan sobrevivir, pero por otra parte, al contraer la demanda agregada por el bajo poder de compra de la población, también se contrae la oferta agregada generando una caída del PIB, pues nadie querrá producir bienes o servicios que no tengan demanda en el mercado interno y finalmente, cuando el tipo de cambio se mantiene inestable, ningún inversionista real querrá traer sus divisas para ganar y repatriar un dinero devaluado, pero además, con el pretexto de la incertidumbre en la tasa de cambio futura, los comerciantes sin ningún tipo de escrúpulos ajustan sus precios de manera irracional, convirtiéndose en especuladores comerciales, de tal forma que se presentan inflaciones acumuladas irracionales de precios en dólares.

Para contrarrestar estas distorsiones hay diversas estrategias ortodoxas y honestas que se pueden usar solas o de manera combinada, para recuperar el salario real, fortalecer la moneda y estabilizar la economía, tales como pueden ser: la dolarización plena, la implantación de una caja de conversión o el regreso al patrón oro, donde se obligue al banco central y a la banca comercial a no emitir dinero sin respaldo adecuado o inorgánico, que es lo que ha venido ocurriendo desde comienzos de 1975 hasta el presente, para favorecer a los especuladores, en detrimento del trabajo, el ahorro y la inversión real en la economía.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 29
 de noviembre de 2022

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 29 de noviembre del 2022 y está en el enlace: La devaluación es una estafa

martes, 15 de noviembre de 2022

La especulación es una estafa

Como lo he manifestado en otros de mis artículos publicados en El Nacional, las actividades que generan riqueza real a los ciudadanos y a las naciones, dependen de ejecutar acciones suficientemente probadas y comprobadas por todas las generaciones que nos antecedieron y esas acciones no son otras que: estudio, investigación, trabajo, ahorro, inversión y producción.

Sin embargo, existen perversiones y desviaciones propias de la naturaleza humana, donde algunas personas piensan que pueden vivir y progresar sin ningún tipo de esfuerzo y ese falso paradigma las conduce a realizar actividades fraudulentas, para lo cual utilizan todo su ingenio que no les falta, creando las herramientas e instrumentos usados en el ejercicio de las malas artes.

Una de las perversiones más utilizadas es la especulación de tipo financiero o comercial, donde en el caso de Venezuela, junto con la creación de dinero ex nihilo –a partir de la nada– es en parte una de las causa de la inflación e hiperinflación que ha afectado a la nación, debido a que por citar un solo caso de los muchos que se presentan, ahora con la dolarización de facto, se inventaron el cuento de una supuesta inflación en dólares, que es producto de sinvergüenzuras, tales como es la especulación simple y dura, donde por citar un ejemplo, algunas ferreterías compran en los negocios de los chinos un tomacorriente para empotrar en Bs. 3 por unidad y esos mercaderes criollos con su viveza lo revenden en 3 dólares, habiendo supuestos expertos que en nombre de una falsa libertad comercial, esa actividad fraudulenta les parece justificada, pero se oponen a las importaciones libres, para favorecer monopolios y oligopolios ineficientes.

Desde el punto de vista financiero existe una figura llamada el encaje legal, que es otro invento heredado de las malas praxis financieras del pasado, que aunque le digan legal, es a todas luces deshonesto, pues con esa regla se autoriza a la banca a apropiarse indebidamente de los depósitos de sus clientes, para prestarlos a tasas reales negativas y esto no genera ningún crecimiento del PIB y sí más inflación, destrucción del ahorro y descalce de plazos, de tal modo que cuando el cliente va en busca de su dinero, le pueden salir con el cuento chino "que se lo comió el coco" -tal como ocurre con las cuentas en moneda extranjera del convenio cambiario número 20, cuyos fondos están en el limbo en algunas instituciones nacionales- o con la inflación subyacente, donde quien hace negocio con el dinero ajeno, es quien recibe créditos fáciles a tasas reales negativas, pues la inflación y la devaluación terminan por licuar sus deudas.

En mi opinión, quien realmente quiera invertir y producir en este país que posee un gran potencial en diversas áreas, debe hacer uso de capital propio o pagar tasas de interés reales competitivas y por esa razón, pienso que el encaje legal debe ser del 100% tanto para los depósitos a la vista en moneda nacional como en divisas y solo se debería otorgar créditos con dinero captado por depósitos a plazo fijo a tasas reales positivas, a los productores reales reconocidos, que no vivan solo de la especulación financiera, tal como ha ocurrido desde 1975 con el paradigma del rentismo, usado por algunos estafadores que han expoliado a la nación.

Otro de los inventos para apropiarse del dinero y el patrimonio ajeno son las criptomonedas, donde por medio de la volatilidad -en los últimos días el BTC ha caído de golpe desde casi 70.000 dólares a menos de 50.000 dólares-, algunos especuladores hacen su agosto con esas fluctuaciones de activos de humo, mientras muchos ingenuos creen que se van a hacer ricos fácilmente, hasta que reciben su castigo si no logran salirse a tiempo del juego piramidal de suma cero, tal como ocurrió hace siglos con los tulipanes de Holanda o en el siglo pasado con el crack de 1929, que dejó en la ruina a muchos ingenuos que pagaban precios irracionales por acciones de empresas quebradas o fantasmas, que no producían nada, pero aun así los bancos creaban dinero de la nada en montos astronómicos para apalancar a quien quisiera especular y por eso también ocurrió en esa ocasión la quiebra del sistema financiero de EE.UU y la gran depresión, que generó posteriormente una guerra mundial. Infortunadamente, esas lecciones tan duras vividas por nuestros ancestros se olvidan con el paso del tiempo y se convierten en crisis recurrentes.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 15 de noviembre de 2022

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 21 de diciembre del 2021 y está en el enlace: La especulación es una estafa

viernes, 8 de octubre de 2021

Encaje legal

El banco central de una nación, es un ente financiero especial e independiente, cuyas funciones son: crear el dinero de curso legal del país –llamado la base monetaria– de manera exclusiva y excluyente, generar las estadísticas económicas de la república, mantener la estabilidad de los precios y conservar el valor tanto interno como externo de la moneda nacional, para lo cual utiliza instrumentos de política monetaria y cambiaria, tales como son: el encaje legal, las operaciones de mercado abierto, el redescuento, la fijación de las tasas de interés y de tipos de cambio, entre otras herramientas financieras.


Los bancos comerciales son entidades financieras, cuyas funciones fundamentales son básicamente dos: servir como entes procesadores de pagos y realizar actividades de intermediación financiera.

Para realizar las actividades de intermediación financiera, las entidades bancarias reciben depósitos que pueden ser de dos tipos: los depósitos a la vista, donde los fondos tienen disponibilidad inmediata y se manejan con instrumentos financieros llamados cuentas corrientes y cuentas de ahorro y el cliente puede retirar, transferir, pagar o disponer de sus fondos parcial o totalmente, en cualquier momento y por otra parte, los depósitos a plazo fijo, donde el cliente le presta un monto en dinero al banco por un tiempo determinado, por lo cual obtiene tasas de interés nominal que son mayores que las pagadas por los depósitos a la vista, para los cuales, en algunos casos –como son las cuentas corrientes– el interés nominal es del 0%, es decir, son fondos gratuitos para el banco, con el uso de las cuentas corrientes no remuneradas.

Los fondos recibidos en depósito por los bancos son utilizados para otorgar créditos –intermediación financiera– o para hacer inversiones en instrumentos financieros –acciones, bonos de deuda, letras del tesoro, etc–, pero debido a que los créditos otorgados tienen en su mayoría plazos mayores a 30 días, se puede presentar una especie de descalce financiero de plazos, puesto que los depósitos a la vista –que son la mayoría– deben tener disponibilidad inmediata y si los fondos captados por la banca fueran prestados o invertidos en su totalidad, pudiera ser que no hubiera disponibilidad de fondos, cuando los clientes quieran hacer uso de los mismos, siendo esa la razón principal por la que los bancos centrales establecen un coeficiente de caja –también llamado encaje legal– que es un porcentaje de las captaciones que los bancos deben mantener líquidos en reserva, ya sea en sus bóvedas o en las del banco central preferiblemente, para garantizar una liquidez parcial de la institución, que garantice cierta disponibilidad a los clientes.

Mediante el uso del encaje legal, si por ejemplo este fuera establecido en 10% para un país, eso significa que si la base monetaria total fuera de 100 dólares y un banco recibe un depósito real de esos 100 dólares de un cliente, puede prestarle 90 dólares a otro cliente, lo cual implica que ahora habría una liquidez monetaria total en el mercado de 190 dólares –los 100 dólares originales que depositó el cliente, más los 90 dólares que se otorgaron por el crédito a otro cliente y que se abonan contablemente en su cuenta– y de esta manera, al seguir moviéndose el dinero crediticio por el sistema financiero, mediante el proceso depósitos-créditos, se produce una multiplicación monetaria, que conduce a una expansión de liquidez, que puede generar inflación y por ende, pérdida del valor del dinero. Por esa es la razón, en las estadísticas de los agregados monetarios de los bancos centrales aparece un monto llamado base monetaria –que es el dinero producido por el banco central, que debería ser el único ente que puede generar dinero– y otro monto llamado liquidez monetaria, que contiene además de la base monetaria, el dinero crediticio que se generó por el uso de la reserva fraccionaria.

La práctica de hacer uso de los depósitos a la vista para otorgar préstamos tiene ciertos riesgos, puesto que conduce a la aparición de una figura llamada reserva fraccionaria, que implica que los bancos multiplican los montos depositados, pues el depositante original cree que tiene la totalidad de sus depósitos en custodia y quien recibe el crédito, también cree que puede disponer de un dinero que realmente no existe, de modo que si el depositante original junto con el cliente prestatario, fueran a buscar sus fondos simultáneamente, habría un descalce de fondos y no habría disponibilidad para satisfacer a los dos clientes al mismo tiempo y por eso ocurrió el crack bancario de 1929 en EEUU, que produjo la gran depresión de los años 30 del siglo pasado o más recientemente, ocurrió el caso de los corralitos argentinos, entre otros casos de quiebras financieras, donde los bancos centrales debieron convertirse en prestamistas de última instancia, para salvar bancos quebrados, mediante la producción de dinero adicional, donde los depositantes ven afectado su patrimonio por efectos de la inflación subyacente, que destruye la capacidad de compra del dinero que les costó tiempo, trabajo, esfuerzo y privación del consumo para poder ahorrar, en previsión de la incertidumbre del futuro.

El uso y costumbre actual en países de la zona euro es manejar un encaje legal cercano al 0%, en otros países con economías avanzadas se maneja un coeficiente de caja menor al 10 % y en países con inestabilidades económicas como son los latinoamericanos, hay encajes superiores al 15 % y esas praxis financieras junto al relajamiento del crédito, son una de las causas de las crisis económicas cíclicas y de quiebras de bancos y economías a nivel global.

Para el caso particular de Venezuela, según los datos disponibles del BCV, desde 1960 y hasta septiembre 2018 el encaje legal ordinario promedio fue de 18,5%, entre octubre 2018 y enero 2019 fue del 31%, entre febrero 2019 y marzo 2020 fue de 57%, a partir de abril del 2020 fue del 93%, a partir de enero de 2021 el encaje fue de 85% para depósitos en moneda nacional y del 31% para depósitos en divisas, aunque no tengo más información actualizada al respecto, sobre otros cambios al encaje legal.

En mi opinión, la política del BCV de incrementar a partir del año 2018 el encaje legal para controlar la expansión monetaria generada por el dinero crediticio, que a la vez produce aumento de la oferta monetaria y por ende inflación y aumento de los tipos de cambio, aunque es totalmente correcta, no ha dado los frutos esperados, porque junto con esa política restrictiva del encaje y del crédito, era necesario que hubiera una contracción del gasto fiscal, puesto que se obliga al BCV a financiar el déficit fiscal con producción de base monetaria en cantidades exponenciales.

Para que no se diga en el futuro que nadie sugirió, cuales acciones mínimas adicionales deberían tomarse para estabilizar la economía venezolana, junto con la próxima reconversión monetaria que empieza en octubre de 2021 y siendo reiterativo –pues lo he escrito en otros artículos de opinión– a continuación, indicaré algunas acciones básicas complementarias, de acuerdo con mi visión y opinión sobre estos temas:

Respaldar y redimir al nuevo signo monetario venezolano con oro.

Permitir la libre circulación de divisas y la completa bancarización de las monedas extranjeras, con una oferta de todo tipo de productos y servicios financieros en la banca nacional.

Mantener un encaje legal del 100% para los depósitos a la vista, tanto en moneda nacional como extranjera.

Eliminar el uso de la reserva fraccionaria, de modo que solo sea el BCV quien genere dinero nacional de curso legal y donde la base monetaria sea igual a la liquidez monetaria en cualquier tipo de moneda.

Otorgar créditos solo con base en depósitos a plazo fijo, donde se cobren y se paguen tasas reales positivas y competitivas a los clientes, que sirvan para promover el ahorro y la inversión real productiva, que debe ser manejada con eficiencia y eficacia.

Privatizar o preferiblemente entregar en concesión mediante licitaciones a inversores privados internacionales y/o nacionales, que aporten capital –muy abundante actualmente– y que tengan experiencia y credibilidad demostradas en el manejo de empresas públicas de servicios, tales como son: telefonía, electricidad, hidrológicas, gas y otros entes empresariales de carácter público, que no sean autosustentables, para que se encarguen de optimizarlos y le puedan quitar la carga al estado de estar produciendo un dinero sin valor en cantidades exponenciales, para pagar burocracia improductiva, que es una de las causas de la ruina nacional, pero para que también se produzcan servicios o bienes de excelente calidad, junto con impuestos, dividendos y regalías, que buena falta le hacen al país, que tiene a su principal industria –que es la petrolera– viviendo su peor momento histórico.

Reflexión final: si los entes responsables de la educación nacional, aún no están completamente listos para volver a clases presenciales de manera segura, por efectos de la pandemia o, por otra parte, si la reconversión monetaria no estuviera 100% preparada, para ser implantados a partir de octubre de 2021, no estaría de más, que se evaluara la posibilidad de posponer esas acciones, hasta que se puedan ejecutar sin correr ningún tipo de riesgo –eso sí: sin prisa, pero sin pausa–.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: viernes, 08 de octubre de 2021
en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el 
prestigioso diario El Nacional, el 28 de septiembre del 2021 y está en el enlace: Encaje legal

domingo, 26 de septiembre de 2021

Prácticas especulativas

En el diccionario de la real academia española, existen 11 definiciones de la palabra especular, que dependen de 2 etimologías latinas bien distintas; pero a los efectos de este artículo de opinión con orientación económica, usaré como definición del término especular, la afirmación que dice: “Especular es efectuar operaciones comerciales o financieras con la esperanza de obtener beneficios aprovechando las variaciones de los precios o de los tipos de cambio” o de manera más simple: “es la práctica de obtener un beneficio económico comprando barato y vendiendo caro”.

Se ha hecho una costumbre manipulada y manipuladora, confundir la semántica relacionada con los verbos especular e invertir, siendo que el inversor real se interesa por las características fundamentales del bien o servicio donde invierte su capital financiero e intelectual y tales características son: calidad, utilidad, estabilidad, credibilidad, sostenibilidad y rentabilidad, de lo que se produce o se mercadea, mientras que el especulador solo desea obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible, sin ningún otro tipo de consideración y como ejemplos, con ánimos netamente didácticos, podríamos citar a un inversor real como es Mr. Bill Gates –fundador de la empresa Microsoft, quien creó el sistema operativo actual más popular, llamado Windows– que actualmente es el mayor terrateniente en EEUU y como inversor se dedica a la producción de alimentos de origen agrícola, mientras que en el campo de los especuladores podríamos mencionar a Mr. George Soros, cuyas ganancias provienen de la manipulación de los precios en la bolsa y de las tasas de cambio, tal como ocurrió cuando ganó 1.000 millones de dólares en un solo día, quebrando al Banco de Inglaterra –hecho ocurrido el 16 de septiembre de 1992 y llamado el miércoles negro– mediante la obtención de dinero con facilidades crediticias y la manipulación del tipo de cambio con la libra esterlina.

Se debe tener bien claro, que por la costumbre de comprar barato para vender caro –acción de especular– la especulación se ha camuflado con la actividad comercial honesta y en principio ha sido considerada una actividad legal –aunque no todo lo legal es necesariamente: ético, correcto, justo u honesto– pero en muchos casos, donde esta acción esté acompañada por otras acciones adicionales tales como son: acaparamiento de bienes, negación o mal funcionamiento de los servicios, competencia desleal, oferta de bienes y servicios ficticios, manipulación de los precios, apalancamiento mediante créditos en bancos de reserva fraccionaria y establecimiento de monopolios u oligopolios, entre otras desviaciones, que aunque no sean penalizadas por la ley, la especulación per se, no podría considerase 100% ética y termina distorsionando el equilibrio de los libres mercados, que en principio deberían responder a las fuerzas de oferta y demanda, sin la intervención de otras fuerzas espurias e improductivas, siendo que esas distorsiones conducen a crisis económicas cíclicas.

Podríamos considerar que en principio existen dos tipos de especulación, que son la comercial y la financiera, de modo que para ilustrar la de tipo comercial, relataré a continuación algunos casos que me ocurrieron recientemente:

Debido a que las casas requieren periódicamente mantenimiento, para reparar daños de elementos que se deterioran con el uso, el paso del tiempo o por fallas que son producto de vicios ocultos de construcción, tuve que comprar cierta cantidad de cemento y las primeras bolsas que por cierto, no son los sacos de papel tradicionales de 45 kilogramos, sino un cemento en bolsas plásticas que llaman “a granel” y que tiene menos peso que los sacos originales, de modo que compré inicialmente 2 bolsas de 38 kilogramos c/u a precio de 7 dólares por bolsa, pero al utilizarse todo el contenido, tuve que buscar más cemento para continuar con la obra y recorrí muchas ferreterías y negocios de materiales de construcción, pero me llevé una sorpresa, porque en ninguno de ellos había existencia del material solicitado y solo me ofrecían bolsas de a un kilo muy caras, pareciendo ser una situación extraña del tipo cartelización y luego de seguir buscando, pude conseguir las bolsas de 38 kilogramos, pero a 9 dólares por cada bolsa, lo cual implica que el insumo había sufrido un aumento de 26,6 % en una semana, sin que hubiera habido incremento de salarios ni de tarifas de servicios u otros aumentos y como los precios en Venezuela están en dólares, no se justifica una inflación en divisas de esa magnitud –si esa fuera la excusa–, cuando en el país emisor del dólar, existe inflación por la expansión de liquidez actual, pero no pasa del 5 % anual por ahora.

Además del cemento, el maestro de la obra me solicitó tres codos de PVC de 90° y comencé mi búsqueda, siendo que conseguí precios en dólares diferentes en cada negocio visitado, tales como: 9, 7, 6, 5, 4, 3 o 2.5 por codo y al final, compré dos codos de 2.5 dólares c/u a un vendedor informal y el otro codo restante por 3 dólares en una ferretería, pero teniendo en cuenta que esos artículos son hechos en Venezuela, con materia prima y mano de obra nacional sub pagada, no veo ninguna racionalidad económica, para que exista una diferencia tan abismal de precios entre el máximo y el mínimo de un 260 %.

También tuve que comprar una rejilla y su soporte de bronce de 4 pulgadas para el desagüe del patio y hacía una semana que en una ferretería me habían pedido 8 dólares por ella, pero el día que fui a comprarla, su precio estaba en 10 dólares, lo que implicó un aumento porcentual de 25 % en siete días.

A la práctica de aumentar constantemente los precios que están en divisas en Venezuela, sin ningún tipo de racionalidad económica, solo la puedo catalogar como una distorsión especulativa perversa, puesto que el país está en una economía dolarizada por el lado de la oferta, pero con los salarios mínimos mensuales que están cerca de los 2 dólares mensuales y con los precios internacionales en dólares, considero que mientras se siga con estas malas prácticas especulativas por parte de algunos comercios y se quiera mantener envilecido al salario de los ciudadanos –mediante la ley del embudo–, no será posible la recuperación económica nacional, puesto que para que crezca la oferta agregada o PIB, es necesario incrementar la demanda agregada –que necesita de ciudadanos con ingresos que tengan capacidad de compra y agentes económicos con ética en los negocios– y existen algunos supuestos expertos económicos histéricos, que le piden al gobierno que no aumente los salarios reales de los trabajadores, porque les parece que un salario mensual mayor de 7 bolívares digitales –después de la reconversión monetaria, que serán menos de 2 dólares– podría quebrar a los pobres especuladores, que mantienen sus precios dolarizados, pero que pagan los salarios pírricos en bolívares devaluados y devaluables.

Por otra parte, esos mismos supuestos expertos también le solicitan al gobierno que disminuya el encaje legal para permitirle a los bancos que puedan disponer más fácilmente de casi la totalidad de los depósitos de sus clientes para prestarlos a tasas reales cero o negativas, de tal forma que se transfieran los activos monetarios en divisas o en moneda nacional de los clientes hacia los prestatarios ineficientes, para que puedan enviar los fondos al exterior, donde pueden ser estafados por delincuentes financieros internacionales, tal como ya ocurrido en el pasado, siendo que con esas prácticas solo se logrará incrementar: inflación, devaluación, especulación financiera y el deterioro del patrimonio de los ahorristas, junto con el envilecimiento del ingreso de quien trabaja, ahorra, invierte y produce, puesto que “con ese tipo de supuestos asesores económicos amigos, el país no requiere de otros enemigos” (metáfora).

En mi opinión, en una economía sana que se oriente hacia la producción en vez de la especulación, el único ente que debe generar moneda nacional, independientemente de su formato, debe ser el banco central, tal como lo indican las constituciones de las diversas naciones; la moneda nacional debería estar anclada y respaldada por oro, para que sea unidad de medida honesta y de mantenimiento de valor; los depósitos a la vista ya sean en divisas o en moneda nacional, deben tener un encaje legal del 100 % –es decir, deben estar siempre disponibles para cuando el cliente los solicite y no ocurra lo de las cuentas en divisas del convenio cambiario número 20, que están en el limbo– y los créditos otorgados a los inversores reales, deben basarse solo en depósitos a plazo fijo, que deberían cobrar y pagar tasas de interés competitivas y solo ese tipo de depósitos debería tener un encaje legal cercano a cero, para favorecer el ahorro voluntario real; de tal manera que al recuperar el poder del ahorro, la credibilidad en la moneda, hacer al consumo más racional y a la inversión más productiva y eficiente, como consecuencia inherente a la caída de la inflación de consumo y también de activos, para que se produzca un incremento en los salarios reales y también de esta manera se eviten quiebras futuras de bancos y crisis financieras indeseables, como ha ocurrido en tiempos pasados con algunos casos tales como fueron Lehman Brothers en EEUU o los casos del Banco Latino y del Grupo Latinoamericana Progreso en Venezuela, por el uso de prácticas crediticias no inocuas y riesgosas, como son el uso de la reserva fraccionaria al crear dinero de la nada para otorgar créditos y la aplicación de encajes legales cercanos a cero para los depósitos a la vista, que conducen inexorablemente hacia la quiebra de la economía.

Finalmente, una dicotomía que en el pasado les hacía perder el tiempo y la energía en discusiones estériles y bizantinas a los ciudadanos, era dividir y enfrentar a la gente entre capitalistas y socialistas, pero para los amantes de las dicotomías, actualmente es preferible hacer una taxonomía entre productores y especuladores, pues mientras los primeros crean riqueza para las naciones, los segundos se apropian indebidamente de los activos ajenos, mediante la manipulación de precios, tasas de cambio y la creación de leyes y normas sobrevenidas, promovidas por politiqueros mantenidos por los especuladores, si analizamos los casos de Mr. Gates y Mr. Soros, tal como fueron expuestos en los párrafos anteriores.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: domingo, 26 de septiembre de 2021
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Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el 
prestigioso diario El Nacional, el 14 de septiembre del 2021 y está en el enlace: Prácticas especulativas