En el sureste de la península arábiga se encuentra un territorio desértico, donde existe un país llamado Emiratos Árabes Unidos (EAU), que tiene costas marítimas en el golfo de Omán y en el golfo Pérsico y que es vecino de Arabia Saudita y Omán, cuya extensión total es de 83.600 kilómetros cuadrados, con una población para el año 2019 de 9.890.400 habitantes, de los cuales el 80 % son inmigrantes, que tuvo un Producto Interno Bruto (PIB) nominal per cápita estimado, para el 2019 según el FMI de 37.749 dólares, que lo ubica en el puesto 24 a nivel mundial y está dividido en siete emiratos o estados, donde los más conocidos son Abu Dabi y Dubái, por ser los más extensos y cada uno de ellos es gobernado por una antigua familia, que es dirigida por un jeque – viejo sabio – cuyo título nobiliario es emir y de ahí se deriva el término emirato.
Cabe destacar que en
los EAU, por su condición climática desértica, la mayoría de los alimentos es
importada y el agua potable es producida mediante plantas desalinizadoras de
agua del mar, con tecnología de ósmosis inversa, lo que junto a la necesidad de
usar aire acondicionado por haber en algunas épocas del año temperaturas de
hasta 50 °C, ocasiona un alto consumo de electricidad, que es generado por
plantas termoeléctricas que consumen gas, pero que están siendo sustituidas por
energías limpias, con grandes inversiones en la generación de energía solar y eólica.
La forma de gobierno
de esa nación es una monarquía federal, compuesta por un presidente que es el
emir de Abu Dabi y un primer ministro que es el emir de Dubái, pero además
existe un consejo supremo formado por los 7 emires, un consejo de ministros, un
parlamento que es un consejo federal nacional similar a un congreso, con
funciones solo consultivas y un tribunal supremo federal, que representa al
poder judicial basado en la ley islámica, pero en este país no existen partidos
políticos ni un sistema de gobierno basado en la democracia.
Desde tiempos remotos,
los habitantes de esa región eran tribus nómadas muy pobres, por ser un
territorio desértico, que se dedicaban a la pesca, a la búsqueda de perlas, al
comercio y en algunos casos, al saqueo de barcos mercantes que navegaran por
sus costas, pero a lo largo de la historia, esa región sufrió diversas
invasiones, siendo la última realizada por el imperio británico a principios
del siglo XIX que terminó en 1971, cuando nace como país los Emiratos Árabes
Unidos, donde se había descubierto en 1958 yacimientos petrolíferos y de gas, que
han sido explotados en su mayoría por inversores de compañías petroleras de los
Estados Unidos de América, nación que ha sido una aliada de negocios para ese
país.
Actualmente los EAU son
un país próspero, debido a que sus sabios dirigentes entendieron que el
petróleo era un recurso natural que se iba a agotar en algún momento o iba a
ser sustituido por otras fuentes de energía más limpia, provenientes del
hidrógeno, del sol o del aire y así empezaron a invertir desde 1973 los
ingresos provenientes del crudo y el gas en infraestructura y educación, de tal
manera que lograron crear: vías de acceso, servicios públicos, universidades,
hoteles, urbanizaciones y ciudades modernas, líneas de transporte terrestre y aéreo,
sistemas de energía renovable, servicios financieros y centros de industrias y
negocios, donde se atrae e incentiva tanto a los inversores nacionales como a
los internacionales, pero por otra parte, han eliminado algunas de las malas
prácticas propias de las democracias occidentales, tales como son la corrupción
administrativa y la especulación: comercial, monetaria y financiera, de tal
suerte que su moneda llamada el Dirham se ha mantenido estable en el tiempo,
conservando su estabilidad y por ende su valor, de manera que para el día 04 de
Junio de 2021 -- cuando estoy escribiendo este artículo -- el tipo de cambio es
de 3,67 Dirham/Dólar y sus fluctuaciones son mínimas.
En los últimos años,
la mayor parte de los ingresos de ese país han dependido del turismo y de los
negocios en vez del petróleo y han sido tan exitosos, que han instalado hoteles
como el Burj Al Arab que es el único de 7 estrellas a nivel mundial, junto con
grandes centros comerciales, donde han colocado cajeros automáticos que
dispensan divisas y también oro en monedas y lingotes, pero uno de sus últimos logros
fue enviar una nave espacial a orbitar el planeta Marte, emulando a grandes
potencias como son Estados Unidos de América o China; aunque lo más importante
es que mantienen un alto nivel de vida y prosperidad para todos sus habitantes,
quienes han visto cómo un desierto se ha convertido en un paraíso, donde por
ejemplo, el salario medio en Dubái está por el orden de los 2.500 dólares
mensuales, con valores que oscilan desde los 300 dólares mensuales para un
camarero -- sin considerar las propinas -- hasta los 50.000 dólares para un
directivo de una empresa transnacional.
Sería muy interesante
que los políticos y los gobernantes de un paraíso como era Venezuela en el
pasado, pudieran analizar y replicar el éxito obtenido por los Emiratos Árabes
Unidos y les preguntaran a sus viejos sabios – jeques emiratíes – cuáles han
sido las razones de su éxito administrativo. También pudieran consultar a los
emisarios del reino de Noruega que están de visita en Venezuela, facilitando el
diálogo nacional, debido a que ese es otro de los países petroleros exitosos,
de quien se pueden obtener buenas recomendaciones, por su extensa experiencia
en la gerencia de los recursos económicos provenientes del petróleo.
En mi opinión, estimo
que parte del gobierno exitoso y sustentable de los EAU, se debe a los
siguientes aspectos entre otros: uso de reglas de conducta honestas, existencia
de una moneda fuerte y estable, eliminación de vicios como son corrupción y
especulación, no existencia de partidos políticos, inversión de sus ingresos en
el país en vez de mandarlos a bancos de paraísos fiscales y finalmente,
aplicación de la visión y la sabiduría ancestral de sus 7 gobernantes que
pueden considerase unos verdaderos estadistas, por pensar en el futuro de sus
ciudadanos en vez del próximo triunfo electoral, según la definición de Sir
Winston Churchill.
Como un valor
agregado, aprovecho esta ocasión para informar a los amables lectores, que la
Universidad Católica Andrés Bello – UCAB – a quien debo felicitar por su
valiosa iniciativa, ha puesto a disposición de todos los interesados, un
conjunto de 15 cursos virtuales gratuitos sobre diversas materias – solo se pagaría un arancel, en caso que se
desee obtener certificación oficial de parte de la institución --, que son
muy apropiados en tiempos de receso por la pandemia y que están en el enlace: Cursos abiertos UCAB donde ya me he inscrito en el curso de “Historia
de Venezuela”, mediante el siguiente enlace: Curso de historia de Venezuela y de ahí copio la siguiente descripción:
“La historia es la aventura de la humanidad a través del
tiempo. Sus grandes hechos, pero sobre todo el conjunto de fenómenos
sociales, económicos y culturales, que explican esos
hechos. Todo cuanto le ha sucedido a la humanidad forma
parte de su historia. Unas cosas más importantes que otras, pero
todo entra en la historia. No solo, como se pensaba antes, los grandes
personajes o las guerras.
Tradicionalmente, la historia de
Venezuela es dividida en tres grandes períodos: el prehispánico o
aborigen, el colonial y el republicano. Aunque cada etapa
responde a criterios distintos y todos tienen aspectos más o menos
discutibles, pero al ser aceptados en términos generales, representa una visión
consensuada, una especie de lenguaje común desde el que podemos iniciar un
diálogo”.
Saludos cordiales,
Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador
Publicación Inicial: lunes, 14 de junio de 2021
http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/
Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el
prestigioso diario El Nacional, el 08 de junio del 2021 y está en el enlace: Un país petrolero exitoso
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