He publicado
algunos artículos recientemente, cuyos objetivos eran generar conciencia sobre
la fragilidad de la vida en la tierra y el peligro de desencadenar un
apocalipsis nuclear, si no se logra desescalar la locura belicista entre Rusia
y Ucrania, donde quienes no mueran de frio o peor aún, vaporizados por las
altas temperaturas o las ondas expansivas, sufrirán de un fenómeno llamado
lluvia radiactiva, que contaminará a los lugares más remotos de donde ocurran
las explosiones atómicas y por esa razón, los seres pensantes no podemos
quedarnos cómodamente callados, sin hacer buen uso de nuestra libertad de
expresión, esperando que algún irresponsable o desorientado oprima el botón
nuclear que producirá el Armagedón.
Afortunadamente se comienzan a observar declaraciones, pronunciamientos y acciones sensatas de algunos líderes mundiales importantes y cambios de paradigmas belicistas errados, para actuar con más racionalidad, lo que será de mucha utilidad para corregir el rumbo y evitar una hecatombe mundial que a nadie conviene, pues hay que salvar al mundo de la extinción de la vida o en el mejor de los casos evitar el regreso a la vida de las cavernas de los pocos que logren sobrevivir, pues un juego de suma negativa como el nuclear es preferible no jugarlo, porque todos lo perderemos todo.
Dicho lo
anterior, en este artículo escribiré sobre otras amenazas que penden como
espadas de Damocles, relacionadas con las tragedias de origen climático que nos
afectan, tales como han sido: tormentas, huracanes, tempestades, sequías,
inundaciones y avalanchas, que han impactado a diferentes regiones del mundo,
incluyendo la tragedia más reciente de un pueblito llamado Las Tejerías en el
estado Aragua de Venezuela.
Para esta publicación tomé y actualicé de mi blog de economía y política del mundo, parte de un artículo llamado Salvemos al mundo de los fenómenos climáticos que había publicado el 19 de diciembre de 2011, donde explicaba los riesgos del uso de los combustibles fósiles, cuyas existencias no son infinitas y deberán ser sustituidos en el futuro por combustibles limpios, para lo cual es indispensable buscar los sustitutos más confiables y menos contaminantes, teniendo en cuenta que hasta que esto ocurra, los combustibles fósiles seguirán siendo usados de manera híbrida con otras nuevas tecnologías energéticas, pues la migración debe ser progresiva.
Algunas de las
actividades humanas para procurarse: transporte, energía, alimentos, productos
y servicios, generan externalidades negativas, que son efectos colaterales
nocivos y ponen en riesgo la salud y la vida de los seres vivos, que forman la
biodiversidad de este planeta.
Los motores a
gasolina emiten gases como son: dióxido y monóxido de carbono, hidrocarburos no
quemados como el benceno, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, vapor de agua y óxidos
de nitrógeno o plomo.
Los motores
diésel generan sustancias nocivas como son: dióxido de azufre, humos con
partículas de hollín en suspensión, hidrocarburos no quemados y óxidos de
nitrógeno.
Cuando se quema
carbón o combustibles líquidos como el gasoil y el fueloil, para obtener
calefacción, generación de vapor y/o electricidad, dependiendo del tipo de
combustible utilizado, se producen y se liberan a la atmósfera materiales
contaminantes tales como son: cenizas, dióxido de azufre, dióxido de carbono,
hidrocarburos no quemados, hollines, metales pesados (cadmio, plomo y zinc),
monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y trióxido de azufre.
Las industrias
químicas, siderúrgicas, refinerías e industrias del aluminio, producen:
partículas en suspensión, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de
carbono, óxidos de hierro, fluoruros, amoníaco, hidrocarburos gaseosos, hollín
y vapores de ácidos como son: sulfúrico, nítrico y fosfórico.
Las actividades
ganaderas intensivas, generan grandes cantidades de metano, que es un gas de
efecto invernadero y además liberan al ambiente otros desechos que contaminan
el agua.
Los incendios
forestales y la quema de: maderas, malezas y hojas de los cultivos de la caña
de azúcar antes de su recolección, generan dióxido de carbono.
La destrucción
de las selvas para extraer madera y la deforestación de las zonas boscosas para
destinarlas al pastoreo y a la agricultura, eliminan parte de las plantas que
se encargan de convertir el dióxido de carbono en oxígeno a través de la
fotosíntesis.
Los basureros
de las ciudades que queman sus desechos, generan dióxido de carbono y cuando se
utilizan rellenos sanitarios para enterrar la basura, al descomponerse esos
materiales se produce metano, siendo que estos gases van a la atmósfera y
contribuyen con el efecto invernadero.
Algunos
subproductos de las actividades humanas anteriores son inocuos como, por
ejemplo: oxígeno, hidrógeno y nitrógeno, que son componentes naturales del
aire, mientras que otros afectan a la gente, produciendo entre otras
enfermedades: cáncer, alergias, asma, defectos congénitos, afecciones
respiratorias y hasta la muerte, como ocurre cuando se inhala una cantidad
considerable de monóxido de carbono.
Los óxidos de:
azufre, nitrógeno, carbono y fósforo, reaccionan con el vapor de agua de la
atmósfera y producen ácidos: sulfúrico, nítrico, carbónico y fosfórico, que
luego caen a la tierra en forma de lluvia, acidificando los suelos y afectando
plantas y animales, siendo que además el dióxido de carbono es absorbido por el
agua de mar, produciendo la acidificación de los océanos y afectando la flora y
la fauna marinas, puesto que reacciona con el calcio de los corales y otros
organismos marinos de tipo vegetal y animal.
Quizás el
efecto más perjudicial producido por ciertas actividades humanas, es el calentamiento
global, debido a que los gases generados como son el dióxido de carbono, el
metano y el vapor de agua, producen un efecto invernadero, porque crean una
capa en la atmósfera que evita que el calor generado en la tierra, como el
producido por la radiación solar que incide sobre la superficie terrestre,
regrese al espacio por efectos de la radiación y la reflexión, lo cual hace que
la temperatura se almacene entre la superficie de la tierra y la capa de gases
de efecto invernadero, creando una especie de trampa térmica.
Este
calentamiento de la tierra hace que se derritan los glaciares y los hielos
polares, que se aumente la evaporación de los océanos, que se afecten las
corrientes marinas, los vientos y las demás condiciones meteorológicas, de tal forma
que se presentan desequilibrios en el comportamiento de las lluvias, las
sequías, las nevadas, las tormentas, las mareas y el clima en general.
Hay que
destacar que en contraposición al efecto invernadero, la emisión de hollín y
óxidos de azufre, producen otro efecto llamado el oscurecimiento global, debido
a que esos materiales en suspensión en el aire, crean un escudo que refleja
parte de la radiación solar en la atmósfera y que no alcanza a llegar a la
tierra, compensando de alguna forma el calentamiento por el efecto invernadero,
pero aun así la temperatura terrestre sigue en aumento.
De las
observaciones anteriores se podría pensar, que los fenómenos climáticos que
producen el descontrol de las lluvias e inundaciones en diferentes lugares del
mundo se deben en parte a los efectos del calentamiento global, de tal forma
que haríamos un gran favor a la ecología y a la humanidad, si se limitara la
emisión de gases de efecto invernadero, para lo cual algunos países preocupados
por el problema ecológico, han firmado el protocolo de Kioto, pero hay que
tener en cuenta que los países que más contaminan la atmósfera, no se han
comprometido a limitar sus emisiones de este tipo de gases y peor aún, aumentan
cada año la cantidad de toneladas emitidas.
Algunas medidas
sugeridas para proteger a las personas y a la ecología de los efectos del
calentamiento global son:
1- Reducir,
optimizar y reemplazar a corto plazo el uso de los vehículos con motores de
combustión interna para transporte de carga y pasajeros.
2- Facilitar y
promover el uso del transporte público masivo: ferrocarriles, metros y
tranvías.
3- Promover la
construcción de vías de ferrocarril en vez de autopistas y carreteras.
4- Reemplazar
la generación de energía eléctrica que usa combustibles fósiles como carbón y
petróleo, por otras más limpias, tales como son la electricidad generada por
energía: hidráulica, solar, eólica o geotérmica, teniendo en cuenta que en
épocas de invierno ríos, lagos y represas se congelan, la luz solar disminuye,
las aspas de los generadores eólicos se afectan por la nieve y los sistemas de transmisión
eléctrica también pueden colapsar.
5- Promover el
uso del gas natural y la electricidad para reemplazar: gasolina, carbón, diésel
y otros combustibles de origen fósil.
6- Invertir más
capital en la investigación de generación de energía limpia, usando por ejemplo
el hidrógeno.
7- Realizar
campañas permanentes de concientización en la importancia de la conservación de
los recursos naturales y la reforestación de zonas deforestadas.
8- Fortalecer
el cambio de la mentalidad consumista actual por una forma de vida menos
ostentosa y dependiente de objetos que solo sirven para crear falsas
sensaciones de bienestar por poseer bienes materiales, que al final se
convierten en estorbos y en basura para el medio ambiente.
9- Crear
conciencia en los ciudadanos de la importancia de la cultura del ahorro y el
reciclaje.
10- Aumentar
las campañas a través de los medios de comunicación, haciendo énfasis en la
conservación del ambiente.
11- No
autorizar la construcción de zonas pobladas en las orillas de los mares, ríos,
quebradas, lagos y en los conos de deyección de las vertientes hidrográficas.
12- Reubicar
ciudades, pueblos y urbanizaciones de zonas inundables o geológicamente inestables
y donde la temperatura sea muy alta, a zonas de mayor estabilidad geológica e
hidráulica y de mayor altitud sobre el nivel del mar, para evitar tragedias por
inundaciones y avalanchas futuras y, además, para disminuir el uso de los
equipos de aire acondicionado. Adicionalmente, interconectar esos nuevos
asentamientos humanos por ferrocarril, para disminuir el consumo de
combustibles fósiles.
13- Exigir el
uso de filtros a las industrias contaminantes y/o que queman combustibles
fósiles.
14- Racionalizar
el uso de los vehículos particulares.
15- Hacer
campañas para racionalizar la natalidad excesiva, debido a que la
sobrepoblación existente implica una sobreexplotación de los recursos naturales
del planeta.
16- Invertir
capital en la conservación y la reforestación de las selvas y bosques
existentes en zonas tales como la Amazonía, el África y las zonas desérticas,
por citar solo algunas regiones del mundo.
Con la puesta en práctica de las medidas anteriores y la prohibición de la energía nuclear con fines belicistas, podríamos lograr un porvenir más promisorio para las generaciones del futuro y la conservación de las especies en el planeta tierra, incluida la especie humana, emulando al arca de Noé en los tiempos actuales.
Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador
Publicación Inicial: 19 de noviembre de 2022
en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/
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