miércoles, 25 de enero de 2023

La importancia de la empresa privada para Venezuela

Desde el punto de vista del origen de capital, podríamos dividir a las empresas en tres tipos: públicas, privadas y mixtas, siendo que el objetivo de cualquier tipo de empresa es producir bienes y servicios, de tal manera que, para ser autosustentables, deben tener ingresos propios y para mantenerse en el tiempo, sus ingresos reales deben ser mayores que sus egresos reales, para que haya beneficios tangibles y no caigan en la quiebra.


Por supuesto que existen algunas organizaciones especiales de cualquiera de los tipos empresariales sin ánimo de lucro, pero esas entidades deben ser sostenidas con autogestión, aportes del estado o aportes de terceras partes, como son las referidas a entes públicos relacionados con: educación, salud, seguridad o entidades de beneficencia, entre otros rubros.

Para producir bienes y servicios se cuenta con ciertos elementos llamados factores de producción, que son: tierra, trabajo, capital, tecnología, capacidad administrativa y capacidad empresarial, siendo que todos estos factores deben ser remunerados de manera honesta y adecuada con: rentas, salarios, sueldos, dividendos, bonificaciones e idealmente con participación accionaria.

La experiencia enseña que las empresas privadas son más eficientes que los otros tipos de empresa y esta característica se debe a la calidad en la capacidad administrativa y en la capacidad empresarial, lo que nuestros ancestros simplificaban con un refrán que decía “el ojo del amo es lo que engorda al caballo”, que se puede interpretar como que los dueños de una empresa junto con sus administradores, deben estar muy atentos y vigilantes de su negocio, si se quiere que este funcione de manera eficiente, eficaz y produzca utilidad.

Con las empresas públicas se tienen algunos inconvenientes tales como, que sus dueños son todos los ciudadanos que pertenecen a una nación, siendo que esta situación hace que la propiedad se diluya, pues teóricamente pertenecen a todos y por otra parte, en muchas oportunidades, los administradores son personas colocadas por intereses políticos clientelares o por nexos familiares, quienes en la gran mayoría de los casos no poseen las: experiencias, habilidades, destrezas y conocimientos, propios de la administración, que se requieren para ejercer las funciones administrativas fundamentales que son: planificar, organizar, dirigir, coordinar y controlar y de esta forma, aparecen ciertas debilidades como son la ineficiencia y la corrupción.

Cuando las empresas públicas no son autosustentables y además se convierten en entes burocráticos improductivos, el estado debe subsidiarlas y para financiar sus costos y sus gastos, como son por ejemplo las nóminas abultadas, aunque haya salarios muy precarios, deben echar mano de las recomendaciones keynesianas de solicitar que los bancos centrales produzcan dinero ex nihilo –de la nada– lo cual es una actividad insostenible en el tiempo, que ha sido amargamente comprobada, pues la emisión monetaria de cantidades exponenciales de liquidez sin que haya producción en la contrapartida, genera: pérdida del valor del dinero, inflación, uso de prácticas devaluatorias y especulativas, que conducen a la creación de crisis: económicas, políticas, sociales y humanitarias donde: ciudadanos, empresas, bancos y países terminan arruinados y quebrados.

Para el caso de Venezuela, existen al menos 905 empresas públicas y mixtas, según datos tomados de la página web Empresas propiedad del estado venezolano que están ubicadas tanto en Venezuela como en el exterior.

Dentro de ese conjunto de empresas públicas hay entidades con diversos tipos de actividad económica, que producen bienes y servicios, tales como son entre otros sectores: Hidrocarburos, agroalimentario, manufactura, recreación, servicios empresariales, transporte, químico, servicios públicos, minería, forestal, logístico, financiero, construcción, metalúrgico, comunicaciones, comercio, salud, vialidad, gestión, turismo, consultoría, procura, saneamiento, inmobiliario, telecomunicaciones y obras civiles.

Como se puede observar, existe una gran variedad de actividades económicas dentro de estas empresas públicas o mixtas, lo cual representa una riqueza potencial abundante y una gran oportunidad para incrementar el PIB, generar empleos y divisas, aumentar la recaudación de impuestos o dividendos, mejorar sueldos o salarios no solo de los trabajadores adscritos a estas entidades privatizadas, sino también para los pensionados, jubilados y el resto de los aproximadamente 5.500.000 millones de empleados públicos existentes actualmente.

Para lograr que este enorme potencial de las empresas del estado se convierta en riqueza real para la nación, se requiere utilizar los factores de producción tales como son: capital fresco en divisas, tecnología, capacidad administrativa y capacidad empresarial, siendo que solo las inyecciones de capital no son suficientes y por tal razón, se debe privatizar u ofrecer en concesión –a empresas serias y reconocidas mundialmente, que tengan experiencia en los rubros a privatizar– un conjunto de empresas públicas no autosuficientes y que no sean consideradas estratégicas para la nación.

Para atraer a los inversores reales adecuados, es necesario que haya estabilidad: monetaria, cambiaria y política, así como también seguridad jurídica, pues gestionar una empresa seria y exitosa requiere invertir no solo el dinero sino también aportar: compromiso, tiempo, esfuerzo, planificación, dedicación, experticia y mucho trabajo, actividades que no son propias de los especuladores que solo quieren tomar dinero prestado e irse rápido con la cabuya en la pata, sin trabajar ni producir nada.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 25
 de enero de 2023

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 24 de enero del 2023 y está en el enlace: La importancia de la empresa privada para Venezuela

jueves, 19 de enero de 2023

La cruda realidad de Venezuela

Venezuela es un país petrolero por excelencia, que tiene las mayores reservas de crudo del mundo –superiores a las de Arabia Saudita– con una cantidad estimada para el año 2021 de 303.470 millones de barriles, según dato tomado de la Página OPEP, lo que representa el 24,4% de las reservas controladas por ese ente y que calculados a un precio promedio de 70 dólares/barril, representa una riqueza por este concepto de 21,24 billones latinos de dólares –o sea un monto de 21.242.900.000.000 dólares, sin considerar ningún otro recurso natural– y esta es la razón fundamental por la cual Venezuela ha estado y está en la mira de muchos grupos foráneos: económicos, políticos, geopolíticos y estafadores, alcahueteados por algunos ciudadanos locales, quienes hacen el papel de tontos útiles, que inventan toda clase de trampas, justificaciones, manipulaciones y figuras perversas, para tratar de ponerle la mano y apropiarse indebidamente de los activos y los recursos nacionales, sin que les importe lo que ocurra con los venezolanos.

En Venezuela existe una crisis: económica, política, social y humanitaria, que es generada a propósito, por varios factores endógenos y exógenos, siendo esta la razón por la cual la producción promedio diaria de crudo ha estado en declive durante los últimos años, de modo que en el año 2022 esa producción promedio fue de 723.000 barriles/día.

Para la fecha 13 de enero de 2023 cuando escribí este artículo, el salario mínimo mensual venezolano era de 6,74 dólares/mes, lo que representa solo 0,22 dólares/día, que no alcanza ni para cubrir los gastos de transporte de un trabajador y este salario junto con las prestaciones sociales acumuladas de los ciudadanos se aproximan a cero, a medida que la moneda nacional se devalúa diariamente para generar caos, siendo que en otros artículos he sugerido: que un salario mínimo real mensual preliminar para Venezuela debería alcanzar para comprar 60 kilogramos de carne de res, que la moneda debería ser fuerte para mantener su valor y que el tipo de cambio debería ser estable, como corresponde a un país petrolero exitoso.

A continuación, mostraré un ejercicio teórico solo con fines didácticos y en líneas muy generales, usando algunos datos estimados, para mostrar cual es la realidad de la nación venezolana. Adicionalmente, voy a sugerir según mi visión, cómo se podrían revertir en el mediano y el corto plazo, las crisis multidimensionales que afectan a Venezuela, mediante el uso racional de la inteligencia natural y los recursos naturales y humanos, con que cuenta el país.

Si de manera conservadora consideramos para este año 2023, una producción de petróleo promedio diaria similar a la del año pasado, que esté por los 723.000 barriles de crudo, cuyo precio promedio OPEP durante el 2022 fue de 100 dólares/barril, pero para ser bien conservadores podemos quitarle a ese monto los costos de producción y los descuentos por los bloqueos, de tal manera que podríamos estimar como precio promedio de referencia para Venezuela unos 70 dólares/barril y así obtendríamos que un ingreso diario por crudo sería de 50,61 millones de dólares/día.

Ahora podemos considerar que entre empleados públicos y pensionados existe una cantidad de 10 millones de personas, que reciben sueldos o pensiones por parte del estado y si dividimos el ingreso diario del crudo por la cantidad de ciudadanos dependientes del estado –sin tener en cuenta otros ingresos como son: impuestos, IVA, ingresos de otras empresas estatales, etc.– tenemos una cifra de 5,06 dólares/día para pagar el salario diario de una persona, que al multiplicarla por 30 días representaría un salario mínimo de 151,83 dólares/mes, pero hay que considerar que el sector privado al ser más eficiente, podría pagar salarios superiores al salario mínimo oficial.

Obsérvese que, en este ejercicio, inicialmente se considera un salario plano y sin escalas salariales –aspecto que se debe resolver, debido a la importancia de valorar la meritocracia–; que inicialmente todo el ingreso por crudo se destinaría al pago de los sueldos y salarios que dependen del gobierno, lo cual implica que no se puede estar regalando o haciendo descuentos por petróleo a ningún país, ni dejar de cobrar a quienes se les venda el petróleo o el gas natural.

Para sincerar el salario en el futuro y acercarlo al costo de la cesta básica, habría que  multiplicar esa cifra salarial de 151,83 dólares por 3, lo que corresponde a 455,49 dólares de salario mínimo mensual –que representaría el salario real mensual ideal de 60 kilogramos de carne de res a razón de 7,59 dólares/kilogramo– entonces se tendría que aumentar la producción petrolera a 2,1 millones de barriles diarios y para que ese salario fuera sostenible en el tiempo, sería necesario tratar de reubicar parte de la nómina pública, mediante la privatización de algunas empresas no estratégicas que no sean autosustentables.

Adicionalmente, como el precio del crudo fluctúa, habría también que crear un fondo de contingencia por la variación de los precios del crudo y por otra parte, sería necesario con participación de la inversión privada, promover la industria del turismo, la agricultura y la generación de hidrógeno verde para exportación, lo que garantizaría la sostenibilidad del salario real en el mediano y largo plazo, pero también es necesario que exista una concertación entre productores, comercializadores y consumidores, con la participación del gobierno, para que haya una correlación honesta entre precios/salarios y se mantenga constante el poder adquisitivo del trabajador.

¿Cómo aumentar la producción de hidrocarburos, si existen sanciones y bloqueos para Venezuela y además PDVSA no tiene la capacidad financiera ni técnica para incrementar la producción?

La respuesta a este interrogante es que: se necesita eliminar las sanciones y los bloqueos existentes que afectan a la nación en paralelo con el establecimiento de los acuerdos en el tema de la estabilización democrática, que exigen quienes imponen las sanciones al país, para que no existan pretextos ni demoras y estas actividades son el asunto más prioritario a tratar en los diálogos y las negociaciones entre el gobierno, las oposiciones y los demás grupos de la sociedad civil que aporten valor, ya sea en México, Noruega o de preferencia en Venezuela, en vez de dedicarse a divisiones y confrontaciones estériles, inútiles y eternas o a discusiones bizantinas sin objetivos definidos, que busquen una buena solución por la vía del diálogo.

Por otra parte, en vez de que las empresas petroleras con las que Venezuela tiene deudas pendientes se lleven el crudo o el gas sin pagar nada, se debe establecer un convenio para aplicar un pago del 30% de lo extraído, como abono a su deuda y el resto de lo exportado debe ingresarse a la nación, pues se requiere honrar todas las deudas y compromisos existentes, pero con racionalidad y sin que el país se quede arruinado y destruido.

Adicionalmente, hay que ofrecer concesiones a empresas petroleras de las diversas nacionalidades, que permitan tener una producción similar a la de Arabia Saudita y que aporten: capital, tecnología, capacidad administrativa y capacidad empresarial, teniendo en cuenta que en el mediano y en el largo plazo se aproxima una transición desde las energías fósiles hacia energías libres de carbono, como son las basadas en el hidrógeno verde y sería insensato dejar a los hidrocarburos existentes en el subsuelo, máxime cuando actualmente hay alta demanda insatisfecha de energía fósil, que durará hasta que se logre una transición energética razonable, la cual se estima que tome entre 20 y 30 años.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 19
 de enero de 2023

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 17 de enero del 2023 y está en el enlace: La cruda realidad de Venezuela

miércoles, 11 de enero de 2023

La pata coja de la democracia

La democracia es una forma de gobierno muy apreciada en nuestra cultura occidental, que se heredó de los antiguos griegos y este sistema de gobernanza es promocionado desde hace al menos 2.500 años –a pesar de la opinión adversa de Sócrates– que, en condiciones normales debería ofrecer a las sociedades que la utilizan, algunas fortalezas y virtudes fundamentales tales como son:

1.- Participación ciudadana: Donde los electores tengan la oportunidad de participar activamente en los procesos políticos a través de elecciones, para postularse y escoger a sus representantes, pero esas elecciones deberían ser: libres, transparentes, honestas, confiables y verificables, que se complementen con la participación por otros medios tales como son las asambleas públicas y los grupos de interés.

2.- Responsabilidad política: Teóricamente los líderes políticos que son elegidos por el pueblo están sujetos a la rendición de cuentas y esto debería asegurar que esos líderes estén atentos a resolver las necesidades y las preocupaciones de la sociedad a la cual representan.

3.- Derechos y libertades: Los derechos y libertades de los ciudadanos deberían estar protegidos por leyes y normas constitucionales en una democracia verdadera y aquí se incluyen derechos tales como son: la libertad de expresión, el debido proceso y todos los demás derechos humanos.

4.- Estabilidad política, económica y social: Las democracias tienden a ser más estables que otras formas de gobierno, ya que el cambio de liderazgo se debería producir de manera pacífica a través de elecciones.

5.- Desarrollo económico: La democracia como forma de gobierno es beneficiosa para el desarrollo económico de las naciones, pues fomenta la confianza de los inversores y el comercio internacional.

Como toda creación del hombre no es totalmente perfecta, la democracia tiene ciertas debilidades tales como son entre otras:

1.- Desigualdad: Aunque esta forma de gobierno se basa en la igualdad de oportunidades, en la práctica puede haber desigualdades en el acceso a la participación política, por factores como son: la riqueza o la pobreza, la educación o la ignorancia y la ubicación geográfica.

2.- Toma de decisiones lenta: El proceso democrático es lento, ya que requiere que se tomen decisiones por consenso y que se tengan en cuenta las opiniones de una amplia variedad de grupos de interés, lo que hace difícil tomar decisiones rápidas, eficientes y eficaces en un corto plazo.

3.- Influencia de ciertos intereses particulares: Los grupos de interés con recursos financieros o políticos, pueden tener una influencia desproporcionada en el proceso democrático y en las decisiones políticas, lo que afecta la representatividad y la justicia del sistema democrático.

4.- Desconfianza de los ciudadanos: La gente puede perder la confianza en el sistema democrático y en sus líderes políticos por: la corrupción, la incapacidad, la compra de votos, el uso del marketing y las encuestas amañadas para engañar a los ingenuos, la desconexión de los políticos con los problemas de los ciudadanos y lo que es peor, por la manipulación de las cifras en los sistemas electorales, lo que debilita la legitimidad del sistema y disminuye la participación ciudadana.

5.- Existencia de populismo y demagogia: Algunos líderes populistas o demagogos, pueden aprovecharse de la desconfianza del público en el sistema democrático y obtener el poder mediante promesas de soluciones simples a problemas complejos, lo que afecta la estabilidad y la justicia del sistema democrático.

En mi opinión, la mayor debilidad de la democracia –que representa su pata más corta– es el financiamiento de los políticos por parte de una élite económica non sancta, que está compuesta principalmente por: especuladores, delincuentes financieros, corruptos, estafadores y traficantes, lo que tiene un efecto perverso sobre el sistema democrático y lo deteriora de varias maneras:

1.- Da lugar a una influencia desproporcionada en las políticas y decisiones gubernamentales por parte de esos grupos económicos, para crear políticas públicas sesgadas, que solo favorezcan a los intereses de las élites financistas, en lugar de beneficiar a la sociedad en general.

2.- El financiamiento de los políticos por parte de las élites económicas mencionadas, también puede crear conflictos de interés y gran corrupción, pues los políticos que ejercen el poder pueden sentirse inclinados a favorecer solo a sus patrocinadores económicos a expensas de la sociedad en general y esto puede erosionar la confianza de la gente en la democracia y dañar la integridad del sistema político.

3.- Aparición e imposición mediante manipulación de seudo líderes políticos defectuosos, prefabricados a conveniencia de manera improvisada –al estilo de Forrest Gump, quien según la película homónima, fue un joven de intelecto deteriorado, que tuvo muchos seguidores en su corredera sin rumbo de una maratón que duró 3 años de costa a costa en EE.UU, quienes no sabían que querían ni para donde iban– y los líderes de utilería muestran: deficiencias, debilidades, incapacidades, rabo de paja metafórico y gran insensibilidad humana, tales como son por citar algunos señores: Pedro Castillo en Perú, Gabriel Boric en Chile, la figura de un presidente interino en Venezuela o Volodímir  Zelenski en Ucrania, que fueron impuestos extrañamente de manera “democrática”, en países muy ricos en recursos mineros, quizás con el objetivo de crear caos, para justificar intervenciones y acciones oscuras sobre esas y otras naciones, donde la población termina pagando por toda la eternidad los platos rotos de políticos ineficientes e incapaces, con inestabilidad: económica, política, social o en el peor de los casos con guerras.

4.- Este financiamiento interesado de políticos también puede socavar la igualdad de oportunidades en la democracia, pues los políticos con mayor acceso al financiamiento pueden tener una ventaja significativa sobre sus rivales en las elecciones y pueden ser más propensos a ser elegidos y reelegidos, lo que perpetúa la desigualdad y la exclusión en el sistema político, conduciendo finalmente a tiranías y dictaduras eternas, como la existente en Nicaragua.

Finalmente, algunas de las características que debería poseer un presidente de una nación elegido democráticamente, para que su gobierno sea exitoso son:

1.- Honestidad e integridad: pues estas cualidades son esenciales para ganar la confianza y el respeto de los ciudadanos.

2.- Empatía y habilidades para escuchar: Debe ser capaz de ponerse en el lugar de los demás y escucharlos, para comprender y abordar los problemas y las necesidades de la población.

3.- Liderazgo y habilidades en la toma de decisiones: Tiene que asumir el rol de líder real y tomar decisiones acertadas para guiar al país hacia el éxito.

4.- Experiencia y conocimiento: La experiencia y el conocimiento en cuestiones políticas y económicas es necesaria para tomar decisiones sensatas, racionales y adecuadas.

5.- Comunicación efectiva: Requiere comunicarse de manera clara y efectiva tanto con los ciudadanos como con el resto de la comunidad política y económica a nivel nacional e internacional.

6.- Visión y planificación a largo plazo: Necesita tener una visión clara y un plan de gobierno a largo plazo para la nación y debe poder llevarlo a cabo de manera eficiente y eficaz.

7.- Responsabilidad y transparencia: Debe ser responsable y transparente en su gobierno y tiene que rendir cuentas ante la población y el Congreso nacional, el cual debe ser un ente independiente, honorable y honesto, para poder equilibrar los poderes y evitar los abusos del poder ejecutivo y debe ser capaz de defenestrar al presidente si hay causas válidas para hacerlo, en vez de estar compuesto por individuos que solo buscan cómo apropiarse de los bienes de la nación o recibir dineros provenientes de orígenes oscuros.

8.- Apertura al diálogo y la cooperación: Debe ser abierto al diálogo y a la cooperación con otros líderes y países, para abordar los problemas locales y globales y promover la paz, el progreso, el bienestar, la prosperidad y la estabilidad.

9.- Inteligencia: Debe ser muy inteligente y tener una comprensión profunda de los problemas que enfrenta el país y cómo solucionarlos adecuadamente.

10.- Trabajo en equipo: Un buen presidente debe ser capaz de trabajar en equipo y rodearse de los mejores asesores y expertos en las diversas áreas, para establecer relaciones positivas con otros líderes y elementos de su gobierno.

11.- Responsabilidad social y sensibilidad humana: Es necesario tener un compromiso con la justicia social y trabajar para mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos sin exclusiones.

12.- Respeto: Debe ser respetuoso de los derechos y la dignidad de todos los miembros de su comunidad y tratar a todos con equidad, que es una mezcla de justicia con igualdad.

13.- Supervisión y exigencia: Es necesario que tenga la capacidad de hacerle seguimiento a los proyectos que se manejen durante su gobierno y tener cero tolerancias con sus colaboradores que sean ineficientes, incapaces o corruptos, quienes deben ser expulsados de sus funciones sin contemplación.

14.- Fortaleza e independencia: Debe tener la capacidad de ser fuerte e independiente para no ser: influenciado, manipulado, corrompido, sometido o engañado, en la toma de las decisiones, que siempre deben orientarse hacia la salvaguarda de los intereses supremos de la nación.

El ciudadano que tenga la mayoría de estas cualidades deseables –independientemente de su ubicación política– será el candidato ideal para dirigir democráticamente los destinos de una nación de manera exitosa –en conjunto con el poder legislativo y judicial– teniendo en cuenta que tendrá disponibles todos los recursos del país y también el apoyo de la mayoría de la población, por un tiempo limitado y que en una democracia sana no debería volver a postularse para un nuevo periodo presidencial, porque esta práctica conduce a las tiranías: corruptas, ineficientes y eternas.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 11
 de enero de 2023

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 10 de enero del 2023 y está en el enlace: La pata coja de la democracia

miércoles, 4 de enero de 2023

Ilusiones monetarias para engañar a los ingenuos

Para las personas en general es fácil creer ingenuamente en ilusiones monetarias, porque no saben la distinción existente entre magnitudes reales y magnitudes nominales, con variables económicas tales como son: precios, salarios, tasas de interés, tasas de cambio y el PIB, entre otras variables relacionadas con la economía, debido a que en la naturaleza humana existe un falso axioma distorsionante, que hace creer a la gente que "siempre más es mejor" sin tener en cuenta otras consideraciones.

Esta confusión de conceptos entre magnitudes, podría aceptarse en las personas comunes, pero no en supuestos expertos pertenecientes a las ciencias económicas, quienes recomiendan como panacea entre otras acciones: aumentos permanentes de tasas de cambio –devaluaciones o depreciaciones–, incrementos irracionales de precios y expansiones ilimitadas de liquidez monetaria, con lo cual generan crisis económicas periódicas y permanentes inflación y burbujas económicas– y esta situación de ignorancia conceptual sería similar a si los ingenieros no supiéramos distinguir  entre magnitudes escalares como son la masa o la energía y magnitudes vectoriales, que son portadoras de información adicional –módulo, dirección y sentido– que poseen algunas magnitudes físicas del tipo vectorial, tales como son: desplazamiento, velocidad, momentum, aceleración, fuerza, torque, etc.

La creencia de que “más es mejor” se conoce en economía con el nombre de "supuesto de insaciabilidad" –que es la avaricia o el no sentirse nunca satisfecho, aunque se esté saturado de todo lo deseado– el cual distorsiona las leyes de oferta y demanda, convirtiendo en una utopía la supuesta auto regulación de precios de bienes y servicios mediante las fuerzas naturales del mercado, lo que desencadena entre otras perversiones: la especulación, el acaparamiento, el consumismo, la alteración de las fechas de vencimiento de productos y la neo esclavitud –donde los salarios son tan precarios que no alcanzan para subsistir– siendo por ello necesario la participación activa de los gobiernos, en materia de regulación de precios y salarios para evitar situaciones, tales como las que ocurren con salarios envilecidos pagados en moneda local y los oferentes de alimentos con precios especulativos en divisas, quienes prefieren botar a la basura un alto porcentaje de estos bienes al llegar a la fecha de vencimiento, en vez de adecuar sus precios para que los ciudadanos los puedan adquirir, considerando que también se puede obtener beneficio cuando se aumenta el volumen de ventas usando precios de oferta adecuados.

Existen situaciones de insensibilidad humana y falta absoluta de equidad y racionalidad económica, en países donde los salarios reales son tan precarios, como es el caso de Venezuela, con un salario mínimo mensual de 7,43 dólares/mes o sea 25 centavos de dólar por día, lo que genera pobreza extrema, pues el salario mínimo real mensual representa menos de 1 kilogramo de carne de res y donde el gobierno permite y aplaude que los productores exporten los productos que la gente no puede adquirir, porque su salario no les alcanza ni para comprar una cesta alimentaria con bienes sustitutos inferiores, con lo cual esos trabajadores no logran recuperar su energía vital, por alimentarse parcialmente de carbohidratos, sin incluir proteínas en su alimentación y de esta manera esos ciudadanos subalimentados, no pueden ser productivos y terminan enfermando y muriendo por desnutrición o deben migrar a otras latitudes a soportar todo tipo de penurias y humillaciones. Esta situación de irracionalidad económica, es la neo esclavitud, cuyo objetivo es obligar a que los trabajadores se retiren voluntariamente de las empresas, pues con su ingreso real no pueden pagar ni siquiera el transporte y de esta forma los empleadores quedan liberados de pagar las prestaciones sociales acumuladas por muchos años, que se convirtieron en montos miserables, como producto de la inflación y la devaluación.

Un ejemplo típico de la manipulación de las funciones de oferta y demanda, que no siguen las fuerzas reales del mercado, se puede observar con las materias primas, donde los especuladores –quienes no trabajan ni producen nada– para obtener grandes ganancias con la fluctuación de los precios –donde su forma de sinusoide les permite ganar con bajadas y subidas– ofrecen bienes que no existen, que se adquieren utilizando un dinero que no existe, lo que ocasiona una supuesta abundancia o escasez nominal, que arruina a los productores reales, quienes terminan dejando de producir, lo cual genera escasez real por contracción de la oferta real (ejemplos: plata, petróleo y oro, con precios en dólares manipulados, que fluctúan alrededor de 20, 60 y 1.700 respectivamente).

Para mantener los mercados zombis con oferta, demanda y precios nominales manipulados y para apalancar a los especuladores, los bancos centrales cada vez generan mayor base monetaria y los bancos comerciales producen más dinero de la nada al otorgar créditos blandos sin regulaciones ni límites, generando contracción del PIB, recesión e inflación y con estas acciones irracionales, las personas, las empresas y los países terminan: quebrados, arruinados, endeudados, caotizados, sancionados, sometidos e invadidos –en el peor de los casos– mientras se le colocan cantidades astronómicas de ceros a las cifras nominales que se manejan en la economía, creyendo ingenuamente que el crecimiento de montos nominales es riqueza.

Por tales razones, en vez de usar precios y salarios nominales que solo indican cantidades monetarias sin significado, es necesario entender y usar precios reales y salarios reales, los cuales se miden en relación al precio de otros bienes de referencia y son los verdaderos portadores de la información relativa a la escasez, para evitar que los incrementos de los salarios nominales, se conviertan en decrementos de los salarios reales y que los consumidores se endeuden cada día más, para poder compensar la caída permanente de sus salarios reales.

Como ilustración de lo dicho anteriormente, en vez de considerar un salario mensual nominal mínimo adecuado, como la cantidad de dinero que resulta de aplicar el índice de inflación a un salario mensual nominal anterior, sería más sensato establecer que el salario mensual real mínimo, se midiera como la cantidad de kilogramos de carne de res que se puede adquirir con ese salario mensual nominal, que para el caso de Venezuela estimo que debería estar inicialmente en un mínimo de 60 kilogramos mensuales.

A su vez los precios reales de los demás productos y servicios también deberían indexarse al precio del kilogramo de carne vacuna y todos los ajustes a precios y salarios se podrían hacer de forma periódica, cuya frecuencia disminuiría si se implanta una moneda fuerte y estable que conserve el valor del dinero.

Esta sugerencia aplicada de manera consensuada entre: productores, trabajadores y gobiernos, mantendría un equilibrio estable y permanente entre los precios y los salarios, teniendo en cuenta que la auto regulación de precios por oferta y demanda es una quimera que no se cumple y se requiere equidad tanto para productores como para consumidores, que deben aprender a distinguir la diferencia entre magnitud real y magnitud nominal, lo que a su vez genera: equilibrio, paz, bienestar, prosperidad y progreso para todos los actores de la economía de un país o zona geográfica.

En conclusión: el ingreso nominal es la cantidad de dinero que se recibe, mientras que el ingreso real es la cantidad de bienes y servicios que se puede adquirir con el dinero recibido. Por tanto, un incremento del ingreso nominal, no representa siempre un aumento del ingreso real y por esa razón, los incrementos nominales de precios y salarios sin una concertación honesta entre todas las partes involucradas, para mejorar o al menos mantener el poder adquisitivo que representa el ingreso real, solo generan ilusiones monetarias de corto plazo para engañar a los ingenuos y más entropía económica.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 04
 de enero de 2023

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 03 de enero del 2023 y está en el enlace: Ilusiones monetarias para engañar a los ingenuos