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viernes, 30 de julio de 2021

Mi experiencia con la segunda dosis anti COVID-19

Histórico:

El 22 de junio de 2021 publiqué en mi columna de El Nacional, el artículo llamado Mi experiencia de vacunación contra la Covid-19 donde narré, cómo fue el proceso exitoso con la aplicación de la primera dosis de esta vacuna, que me inyectaron en el brazo izquierdo, el día miércoles 16 de junio de 2021 a la 11:00 A.M.

Para el momento en que terminé de escribir y enviar al editor el artículo mencionado – el sábado 19 de junio de 2021 a la 5 P.M., tres días después de la aplicación de la primera dosis – aún mi sistema inmunológico no había reaccionado, pero después de tres o cuatro días más, tuve una reacción que parecía como un principio de resfriado muy leve – aumento de temperatura, dolor de garganta, estornudos, goteo nasal, dolor de oído, tos, cansancio y extrañamente, un leve dolor testicular – pero estos síntomas fueron realmente suaves y duraron poco tiempo, lo cual me confirmó que efectivamente, mi organismo reaccionó ante la presencia del virus inactivado, procedente de la vacuna aplicada, para poder generar los anticuerpos, tal como se espera de todo proceso de vacunación, por lo cual no me preocupé.

Debo destacar, que la respuesta del organismo puede ser diferente de una persona a otra, por el tipo de vacuna, las características biológicas particulares y el historial clínico de cada individuo y es posible que los efectos secundarios que sentí, no se presenten en otros vacunados.

La aplicación de la segunda dosis estaba pautada según la tarjeta de vacunación para el domingo 11 de julio de 2021 – 25 días después de la primera dosis – y, por lo tanto, como no recibí ninguna convocatoria por mensaje de texto, por correo electrónico u otro medio, me dirigí hacia el centro de vacunación donde me habían aplicado la primera dosis, a donde llegué a las 7:45 A.M. y había una cola en la puerta de acceso donde estaban aplicando la segunda dosis, pues estaba habilitada otra puerta para recibir a quienes se iban a aplicar la primera dosis.

La puerta que me correspondió estaba controlada por dos jóvenes policías muy cordiales, quienes informaban a los presentes que era requerido tener junto con la cédula de identidad, la tarjeta de vacunación, donde la fecha indicada fuera igual o menor al día actual – datos que ellos verificaban para permitir el acceso a los ciudadanos – y además, daban prioridad a las personas con alguna discapacidad o a los muy ancianos y como hacían pasar al interior de la instalación educativa a grupos de 30 personas, ingresé a las 9:45 A.M. de manera que al caminar hasta el final de un pasillo, había otros dos funcionarios policiales, uno que anotaba en una planilla los datos de identificación de las personas y otro que volvía a revisar la cédula de identidad y la tarjeta de vacunación.

En un pasillo abierto pero techado, las personas se sentaban en bancos que estaban separados convenientemente en tres hileras y mientras una dama llenaba los datos en una planilla, donde incluía la dirección de residencia y el teléfono, entre otros datos, otra dama corregía y actualizaba la tarjeta de vacunación recibida con la primera dosis, donde colocaba el nombre de la vacuna utilizada que era la china Sinopharm, la fecha de vacunación, el número de lote y la fecha de vencimiento del lote.

A las 10:15 me aplicaron la segunda dosis anti COVID-19 y así concluyó todo el proceso, en el que invertí 2 horas y media del domingo pasado, lo que implicó una hora menos de duración que el proceso donde me aplicaron la primera dosis – en esta ocasión, como todo era más rápido y quizás como una medida preventiva, no repartieron agua ni café –

El mismo día en que me aplicaron la segunda dosis sentí otra vez principios de un resfriado leve – aumento de temperatura, estornudos, dolor de garganta, dolor de oído y otra vez un pequeño dolor testicular – síntomas que desaparecieron al siguiente día – esta reacción inmediata reconfirmó que mi sistema inmunológico ya estaba preparado para luchar contra algunas de las variantes de la COVID-19 originales, pero debo ser prudente con las nuevas cepas y es posible que requiera recibir otras vacunas de refuerzo en el futuro, para contrarrestar las nuevas mutaciones del coronavirus SARS-CoV-2 – y al día sábado 17 de julio de 2021 a las 4 P.M. – cuando estoy escribiendo este artículo semanal que será publicado el próximo martes – no siento ningún tipo de síntoma, molestia o malestar, que sean producto atribuible a los efectos adversos de la vacunación.

De nuevo reitero mi reconocimiento y gratitud al sector sanitario y también me permito felicitar a quienes han tenido la responsabilidad de: planificar, organizar, dirigir, coordinar, controlar y ejecutar, estas jornadas de vacunación nacional contra esta amenaza biológica, a pesar de las restricciones y las limitaciones de la nación, que en mi caso particular, considero a estas actividades como exitosas y necesarias, aunque como siempre, todo proceso es factible de optimizarse con el paso del tiempo y la experiencia adquirida, para lograr el objetivo de tener al menos un 70 % de la población vacunada con las dos dosis certificadas y recomendadas por ahora, en el menor tiempo posible, eso sí “sin improvisar ni correr riesgos innecesarios y usando vacunas aprobadas por la OMS”.

Algunos aspectos a considerar:

Una duda que tengo, es que en mi tarjeta de vacunación, el número de lote de la primera dosis es de 10 dígitos, pero en la segunda dosis el número de lote es de 12 dígitos y como “errar es de humanos”, al tener muchos dígitos puede haber errores de: transcripción, supresión, transposición o doble transposición de dígitos – por lo cual los informáticos, para evitar esos errores, usamos los dígitos de chequeo – y por tanto, considero que es prudente hacer una doble revisión sobre estas cifras escritas a mano en la tarjeta de vacunación por los funcionarios que realizan el proceso, pues es posible que haya inconvenientes al aplicar los protocolos migratorios internacionales, si esos datos sobre lotes o fechas de vencimiento presentan enmendaduras, errores u inconsistencias y además, sería muy bueno que el Ministerio para la Salud habilitara la emisión de un certificado digital de vacunación oficial aceptado por la OMS, a partir de los datos que han ido recolectando en las planillas usadas en los centros de vacunación.

Reitero que es muy importante continuar con la aplicación de los protocolos de bioseguridad propuestos por la OMS y no relajarlos aunque se esté vacunado, pues esta enfermedad no es un juego simple, sino que es una especie de ruleta rusa y no conviene la aparición y la expansión de nuevas mutaciones más infecciosas y mortales, siendo que la flexibilización de las actividades debe verse con suma prudencia y responsabilidad – con decisiones que se basen en la ciencia y no en intereses económicos o políticos, ni mucho menos en encuestas –, pues si se presenta una crisis sanitaria más severa que la actual, los directamente afectados serán el personal médico y sanitario, que ya han tenido suficientes pérdidas, representadas en salud y vidas valiosas, siendo que por otra parte, las secuelas en algunos de los “supuestamente curados”, pueden ser terribles según comentan algunos sobrevivientes, pues en algunos casos quedan con taras y prácticamente incapacitados de por vida, porque la enfermedad afecta a diversos órganos simultáneamente, incluido el cerebro, junto con el resto del sistema nervioso y el sistema circulatorio, entre otros.

No hay nada más importante para un país y para el mundo en general, que la salud y la vida de los ciudadanos y, por lo tanto, esta pandemia no debe ser irresponsablemente politizada o minimizada de ninguna manera, siendo que lo bueno es que ya se está observando a presidentes sensatos de naciones avanzadas como son: EE.UU, China, Alemania o Rusia, entre otras, que están ofreciendo grandes ayudas tanto para la OMS como para los países menos favorecidos, lo cual es muy deseable, loable y beneficioso para la humanidad.

Por otra parte, es muy importante la ética profesional y científica de los laboratorios biológicos a nivel global, quienes también deben recibir nuestro reconocimiento y gratitud, por toda la inversión y el esfuerzo que han hecho, pero deben cumplir con todas las fases de desarrollo y pruebas exhaustivas, para que la OMS pueda certificar la mayor cantidad de diversas vacunas confiables y eficaces, que permitan evitar oligopolios y acelerar los procesos de inmunización, donde no haya países ni ciudadanos excluidos, por ninguna razón, porque la guerra es de la humanidad contra el SARS-CoV-2 y cualquier otra amenaza biológica que aparezca en el futuro, para lo cual, la comunidad científica debe estar en comunicación y dispuesta a compartir sus conocimientos y nuevos hallazgos sin mezquindades.

Reitero que tal como se hizo con la viruela, que prácticamente desapareció de la faz de la tierra, gracias a las campañas mundiales de vacunación, también la inmunización global adecuada contra este coronavirus es de vital importancia, para detener la expansión de la pandemia, minimizar la aparición y la propagación de las nuevas mutaciones del virus y las secuelas de esta amenaza biológica para la continuidad de la salud y vida de la raza humana en el planeta tierra, pues “sin humanos vivos y sanos, de nada sirve la economía”.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: viernes, 30 de julio de 2021
http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el
prestigioso diario El Nacional, el 20 de julio del 2021 y está en el enlace: Mi experiencia con la segunda dosis anti Covid-19

martes, 29 de junio de 2021

Mi experiencia de vacunación contra la COVID-19

Generalidades:

En primer lugar, presento mi respeto, consideración y agradecimiento, a todo el personal sanitario a nivel local y mundial, que ha estado luchando de frente y sin pausa, contra un letal enemigo invisible, que constituye actualmente una grave amenaza biológica contra toda la humanidad y que es el coronavirus llamado SARS-CoV-2, responsable de producir la enfermedad COVID-19, de la cual, la Organización Mundial de la Salud – OMS – tuvo noticias a partir del 31 de diciembre de 2019, cuando se detectó por primera vez en la ciudad de Wuhan – capital de la provincia Hubei, situada en la República Popular de China –, siendo que a partir de esa fecha, se inició el seguimiento de la afección por parte de la OMS.


En el cumplimiento de su labor profesional, el personal sanitario ha estado expuesto al coronavirus y hay enfermeras, médicos y personal de apoyo, fallecidos a nivel global – ofrezco mis sentidas condolencias a sus familiares –, por lo cual es fundamental priorizar la inmunización de estos valiosos profesionales de la salud y darles todo el apoyo, junto con los materiales sanitarios y de protección biológica que se requieran, para que puedan cumplir con su trabajo que implica un alto riesgo, minimizando así la posibilidad de contagiarse y fallecer.

A comienzos del año 2020 la ingeniería china construyó a gran velocidad hospitales de campaña para aislar y atender a sus enfermos y algunos creían que esta enfermedad no los afectaría, por estar lejos del país de origen, pero a raíz de la globalización y de los viajes intercontinentales, la enfermedad se expandió mundialmente con gran rapidez, hasta que fue declarada por la OMS como una pandemia, el 11 de marzo de 2020.

Afortunadamente, gracias a la experiencia que se tenía con: enfermedades virales, epidemias y pandemias anteriores, la OMS estableció recomendaciones y protocolos sanitarios para prevenir la enfermedad, pero por otra parte, los científicos de diversos laboratorios biológicos a nivel mundial, empezaron a investigar y a crear diversas pruebas para detectar al virus y lo más importante, se utilizó: capital financiero, inteligencia, infraestructura y conocimientos acumulados por muchos años de investigación y desarrollo en el área, para crear vacunas con diversas tecnologías biológicas ya probadas con vacunas para otras enfermedades conocidas, de manera que a actualmente están disponibles algunas de ellas, que son autorizadas por la OMS y otras que se encuentran en fase de desarrollo o de pruebas.

Cabe destacar que en Venezuela se empezaron a tomar medidas tempranas contra la pandemia mencionada, a partir del 17 de marzo de 2020, cuando se decretaron las cuarentenas y se activaron los protocolos sanitarios recomendados por los expertos sanitarios – muy cerca de la declaración de pandemia que hizo la OMS el 11 de marzo de 2020 – acción que junto con la restricción de vuelos internacionales existente para la época, fueron elementos útiles para disminuir el impacto que pudiera haber sido mayor, como ha ocurrido en otras naciones como son: EE.UU, Brasil o México, por citar solo tres, donde sus gobiernos tardaron en reaccionar adecuadamente por negligencia de sus presidentes, de modo que según las cifras oficiales, para la fecha 18 de junio de 2021 se reportó un acumulado en Venezuela de 258.140 casos de la Covid-19 y un total de 2.925 muertes.

En Venezuela han sido utilizadas dos vacunas contra la COVID-19 que son la Sputnik V – rusa – y la Sinopharm – china – siendo que estas vacunas necesitan la aplicación de dos dosis del mismo tipo con una intervalo de 3 a 4 semanas, para aumentar su efectividad en la generación de anticuerpos y por tal razón, es muy importante que las autoridades sanitarias del país garanticen la existencia necesaria, para poder completar el proceso completo de inmunización en el tiempo estipulado, para quienes recibieron la primera dosis de cada tipo de vacuna y por otra parte, es conveniente que optimicen el plan nacional de vacunación, a efectos de garantizar el mayor porcentaje posible de vacunados en el menor tiempo posible – pero sin improvisar –, haciendo uso de las mejores vacunas certificadas por la OMS, teniendo en cuenta que deben presentar un alto porcentaje de eficacia inmunizadora, una baja incidencia de efectos adversos, una disponibilidad adecuada y oportuna de dosis por parte de sus proveedores y buenas referencias, de acuerdo a los resultados obtenidos por otras naciones, a efectos de evitar complicaciones posteriores.

Mi experiencia personal con la vacuna anti COVID-19:

El 14 de junio de 2021 registré en el sistema Patria la solicitud de vacuna; adicionalmente, el día 15 de junio de 2021 a las 10:39 A.M. envié al número 74224 mi número de cédula y en la tarde del mismo día, a las 05:26 P.M. me llegó la cita para el 16 de junio de 2021 a las 08 A.M. indicándome el nombre del centro educativo público donde debía asistir – soy adulto mayor, hipertenso y resido en el interior de Venezuela –.

Llegué al centro de vacunación indicado en el mensaje – que queda a tres cuadras de mi casa – a las 7:30 A.M. y tuve que hacer una cola hasta que empezó a llover y entonces nos hicieron pasar al interior del centro educativo. Había más de 300 personas citadas y los funcionarios del proceso indicaban a los presentes, que solo se vacunaría a quienes hubieran recibido el mensaje de texto. El proceso fluyó relativamente rápido y ordenado, habían colocado bancos para sentarse en los pasillos bajo techo, respetando el distanciamiento social; los pisos, las paredes y los baños estaban limpios; habían cortado la maleza de los patios y no había zancudos ni otro tipo de insectos, tenían personal de limpieza y también de seguridad entre policías y milicianos, trabajaban como 10 damas vacunadoras y había otro personal auxiliar que: repartía café y agua, confrontaba los datos, llenaba las planillas y entregaba la tarjeta de vacunación. Aproximadamente las 11 A.M. del 16 de junio de 2021 me vacunaron – esperé durante 3,5 horas, pues estaba una gente que había madrugado más que yo –. Hasta el día de hoy 19 de junio 2021 a las 05 P.M. – cuando estoy escribiendo este artículo – no he tenido ningún síntoma adverso, pero soy consciente que mi organismo está creando anticuerpos y por eso debo tener prudencia y paciencia, mientras esto ocurre y mi sistema inmunitario aprende a detectar y a defenderse de algunas cepas del SARS-CoV-2, siendo posible que a futuro deba ser inmunizado contra otras cepas nuevas de este coronavirus, que ojalá, algunas de ellas ya vengan incorporadas con la segunda dosis.

Es importante enfatizar que la respuesta a las vacunas con relación a los efectos secundarios puede ser diferente de una persona a otra, pues cada individuo posee sus propias características de tipo biológico e historial médico diferente.

Todos los miembros del equipo de vacunación me parecieron: respetuosos, atentos y eficientes, razón por la cual debo felicitar tanto a los organizadores como a todo el personal involucrado en el operativo de inmunización, donde recibí la primera dosis de la vacuna anti COVID-19.

Considero que en Venezuela, es una buena práctica hacer uso del envío del mensaje de texto con el número de la cédula al 74224, para indicar que el ciudadano está dispuesto a vacunarse, pues existe una prioridad para asignar el orden de vacunación dependiendo de: edad, ocupación o precondiciones de salud y la elección de vacunarse o no, depende por ahora de cada persona, de manera que entre mayor sea cantidad de convocados y vacunados por día, se podrá controlar más rápido la pandemia, siendo que hay que utilizar al máximo las dosis de vacunas como los recursos físicos y humanos de los que se dispone en el país.

Algunas mejoras sugeridas:

El funcionario que recogió las cédulas de los asistentes nos informó que iban a colocar la vacuna China, pero de ellas hay tres marcas de diferentes – CanSino, Sinopharm y Sinovac – siendo que Sinopharm y Sinovac usan la tecnología biológica de virus inactivado, donde: “el virus se cultivó en células de riñones de monos verdes, llamadas células vero (vero cell); una vez que proliferó el virus, se purificó e inactivó químicamente con un producto llamado beta-propiolactona; luego les añadieron un adyuvante, una sustancia que estimula al sistema inmunológico para generar respuesta en el organismo” [ver: Sinopharm publicó los resultados interinos de fase 3 de su vacuna - que dice el reporte] y por tanto, el nombre Vero cell sin especificar la marca de la vacuna, podría generar cierta confusión.

No pude verificar la marca de la vacuna que me aplicaron, pero creo que debió ser la vacuna Sinopharm que ha sido autorizada por Venezuela, aunque en la tarjeta colocaron el nombre Vero cell y al parecer, esto podría dar problemas para viajar a otros países como España, que exige ciertos datos específicos en las tarjetas de vacunación.

Para el 11 de julio de 2021 me aplicarán la segunda dosis de la vacuna y para ese momento espero que los responsables de la vacunación nacional, hayan aclarado esta posible confusión de datos y si es necesario, corrijan la tarjeta de vacunación con el nombre que sea el correcto de la vacuna aplicada, según las exigencias de los protocolos internacionales, para evitar problemas en caso que alguien decida viajar al exterior en el futuro y por otra parte, es necesario que nos indiquen a los vacunados con la primera dosis, cómo será la convocatoria para recibir la segunda dosis en la fecha indicada: si debemos solicitarla, nos llegará algún mensaje de texto o simplemente hay que ir a centro de vacunación, el día que está indicado en la tarjeta de vacunas.

Como una opinión constructiva, me parece que los gobiernos de las diversas naciones no deben tomar medidas políticas de flexibilización a la ligera, como son relajar o eliminar los protocolos sanitarios recomendados por la OMS o forzar a los ciudadanos a asistir a clases o trabajos presenciales, hasta tanto no se haya demostrado que existen las condiciones sanitarias adecuadas libres de riesgos biológicos, para llevar a cabo esas acciones, que dicho en criollo “me parecen más peligrosas que comerse un mondongo crudo sopa de tripas –”.

Por otra parte, es muy importante la ética profesional y científica de los laboratorios biológicos, que deben cumplir con todas las fases de desarrollo y sus pruebas exhaustivas, de forma que, si la vacuna de algún laboratorio presenta algún inconveniente, la misma debe ser retirada del mercado y destruida, sin ser utilizada o donada a algún país del tercer mundo, pues en ese caso “sería peor el remedio que la enfermedad”.

Reitero que la inmunización adecuada contra este coronavirus es de vital importancia para detener la expansión de la pandemia y minimizar la aparición y propagación de las mutaciones del virus y las secuelas de esta amenaza biológica para la humanidad, razón por la cual reconozco como una acción humana y sensata del presidente de Estados Unidos Mr. Biden, el haber eliminado la politización y parte de las restricciones existentes, para que todas las naciones puedan manejar de la mejor forma posible un problema sanitario tan importante para la continuidad de la salud y vida de la raza humana.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: martes, 29 de junio de 2021
http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el
prestigioso diario El Nacional, el 22 de junio del 2021 y está en el enlace: Mi experiencia de vacunación contra la covid-19