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domingo, 7 de marzo de 2021

Precios y Salarios Reales

Es fácil cometer errores de tipo: monetario, financiero o contable, cuando no se entienden los conceptos de magnitud real o relativa y magnitud nominal o absoluta, en variables económicas tales como son: precios, salarios, tasas de interés, tasas de cambio o PIB, entre otras, debido a que en la naturaleza humana existe un falso axioma, que consiste en creer siempre “que más es mejor que menos".


La confusión de conceptos básicos podría aceptarse en las personas comunes, pero no en los expertos en economía, quienes para obtener cifras nominales infladas recomiendan siempre: aumentos de tasas de cambio (devaluaciones) y expansiones exponenciales de liquidez monetaria, lo que hace incrementar los precios generando inflación, a costa de la pérdida del valor del dinero, llevando a la ruina a los ciudadanos y en las ciencias exactas, esto sería como si los ingenieros no distinguieran entre magnitudes escalares (temperatura, masa, energía, etc) y magnitudes vectoriales, siendo que los vectores son portadores de información adicional, porque indican: módulo, dirección y sentido de magnitudes tales como: desplazamiento, velocidad, momentum, aceleración, fuerza, torque, etc, que de no entenderse producirían análisis y diseños defectuosos, ocasionando la caída o el hundimiento de: edificios, puentes, aviones, naves espaciales o embarcaciones.

Es común ver gráficos históricos, donde se comparan cifras nominales pasadas con cifras nominales actuales, que muestran pendientes positivas, por no considerar los efectos de la inflación, pero que si se usaran cifras reales deflactadas, esos gráficos serían de pendiente negativa y lo mismo ocurre con los balances contables, donde se hace creer a los ingenuos, que altas cifras nominales actuales son mejores que bajas cifras nominales de períodos anteriores, por no usar magnitudes reales; vale decir, ajustadas por inflación.

Ingreso nominal o absoluto es la cantidad de dinero que se recibe, mientras que ingreso real o relativo es la cantidad de bienes y servicios que se puede adquirir con el dinero recibido y en el caso del salario, si anualmente se realizan aumentos nominales del 20 % pero la inflación anual es del 50 %, ese ajuste nominal realmente implica una pérdida de salario real del 30 %, lo que significa que con el nuevo incremento nominal se puede adquirir el 30 % menos de la canasta alimentaria y de persistir esta situación se conduce a la ruina del trabajador.

La inflación puede verse de dos maneras: incremento de los precios o pérdida del valor del dinero y este fenómeno debe entenderse y controlarse, si se quiere tener una economía: sana, equitativa y creciente en términos reales y para entender más sobre el tema, se mostrarán algunos otros ejemplos:

Tasa de interés real = Tasa de interés nominal – Inflación

Esto significa que si se paga por los ahorros una tasa de interés nominal anual del 12 % pero la inflación anual fue del 30 %, la tasa de interés real fue negativa: 12 % - 30 % = -18 %, lo cual significa que se perdió en el año 18 unidades monetarias por cada 100 unidades ahorradas y esta situación conduce a la quiebra de los ahorradores, pero beneficia a quienes tomaron el dinero de los ahorristas a crédito, pues su deuda real de capital disminuyó en 18 %, que como se ve es un juego de suma cero, pues lo que pierden los ahorristas lo ganan los deudores y los intereses que paga el deudor lo ganan los bancos, quienes en el mediano plazo también resultarán descapitalizados y quebrados por efectos de la inflación y otras malas prácticas financieras.

Tal como ocurre con tasas de interés y salarios, con los precios sucede igual por los efectos inflacionarios, de modo que si un comerciante compra un producto por 100 unidades monetarias y lo vende por 200, pero cuando va a reponer su inventario lo debe comprar en 300, también termina descapitalizado y arruinado por la inflación y por esa razón, los gobiernos a través de los bancos centrales deben garantizar la estabilidad de los precios y el mantenimiento del valor de la moneda; pero si no pueden cumplir con sus funciones, esos entes no tienen razón de existir, pues no pueden seguir inundando impunemente a los mercados con excesos de liquidez y aplicar devaluaciones recurrentes, lo que hace perder el valor del dinero y que se generen crisis económicas permanentes.

Las metodologías y factores usados para calcular los índices de inflación no son universales, exactos ni oportunos, pero además pueden ser manipulados y por lo tanto es conveniente usar otros métodos para determinar las magnitudes reales, que consisten en utilizar una unidad de medida de valor relativamente estable como es de preferencia el oro, de tal forma que precios y salarios se puedan comparar en relación con el oro o en su defecto, con los precios de un producto de primera necesidad como es la carne de res, de tal manera que por ejemplo, pudiera establecerse como salario mínimo real mensual de subsistencia, una cantidad de 60 kilogramos de carne de res, lo cual significa que si su precio internacional fuera de 5 dólares, se podría hablar de un mínimo salarial de 300 dólares mensuales, independientemente de la fluctuación del tipo de cambio y de esta forma se podrían estabilizar tanto precios como salarios que se ajustarían periódicamente, basados en el precio corriente de ese alimento o si tomamos al oro como activo de referencia, de manera que si se usara un precio de 1800 Dólares/Ozt, se podría establecer como salario real mínimo mensual fijo, 1/6 de onza troy que serían 5,18 gramos de oro.

Por supuesto que esta sugerencia para los montos de salario real mínimo mensual del ejemplo anterior expresado en 60 kilos de carne de res o en 5,18 gramos de oro es general, porque la cantidad de carne u oro que se fije como salario real mínimo y estable depende de: el país, la productividad y la concertación honesta entre las partes involucradas, quienes deben buscar la equidad entre ellas, en una relación ganar-ganar.

El falso axioma de creer que siempre “más es mejor que menos" se conoce con el nombre de "supuesto de insaciabilidad", lo que distorsiona la ley de oferta y demanda, convirtiendo en una utopía la creencia de auto regulación de precios por las fuerzas naturales del mercado, pues desencadena perversiones tales como: la especulación, el consumismo y la neo esclavitud, entre otras distorsiones, siendo por ello necesario la participación activa de los gobiernos para supervisar asuntos tales como son: precios, salarios, inflación y especulación y así evitar situaciones irracionales, como las que ocurren con oferentes de alimentos, quienes prefieren botar a la basura los bienes de consumo al llegar su fecha de vencimiento, en vez de disminuir los precios y hacer ofertas, para que los ciudadanos los puedan adquirir.

Otra situación de falta de equidad y racionalidad económica, se presenta en países donde los salarios reales son tan precarios, que en algunos casos son menores a un dólar mensual, lo que genera pobreza extrema e infra esclavitud, con un salario mínimo real mensual que representa menos de 180 gramos de carne de res, pero los gobiernos permiten y promueven que los productores exporten los productos que la gente no puede adquirir, porque su salario mensual no les alcanza para comprar ni un kilo de harina, con lo cual los trabajadores no logran recuperar su energía vital y de esta manera, esos seres humanos sub-alimentados, no pueden ser productivos y terminan enfermos y desnutridos o se ven obligados a emigrar a otros países, donde son maltratados, explotados y humillados por sentimientos xenófobos, siendo que esta situación de irracionalidad económica es una neo esclavitud y es producto de “la ley del embudo” al querer cobrar precios internacionales en divisas pero pagar salarios nominales en moneda nacional carente de valor.

Un ejemplo típico de manipulación en las funciones de oferta y demanda, donde se distorsionan las fuerzas del mercado, se puede observar con las materias primas, porque los especuladores para obtener grandes beneficios con la fluctuación de los precios, ofrecen bienes o monedas ficticias (futuros, derivados, criptomonedas, etc), que se adquieren utilizando un dinero que no existe (créditos usando la reserva fraccionaria), lo que ocasiona una falsa abundancia nominal y euforia temporal, que arruina a los productores reales, quienes terminan dejando de producir, lo cual genera escasez por contracción de la oferta real (ejemplos: petróleo y oro, con precios por debajo de sus costos de producción).

Por el uso del supuesto de insaciabilidad, los oferentes de bienes y servicios tratan de incrementar sus precios ad infinitum, buscando la máxima utilidad y a su vez los consumidores se ven obligados a buscar el incremento de sus ingresos, siguiendo los aumentos de los precios nominales, lo que genera desequilibrios e inflación, que se mide con herramientas: inadecuadas, inexactas, manipuladas y desfasadas, como son el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el Deflactor del PIB.

Esta tendencia de incremento de cifras nominales, hace que los bancos centrales cada vez generen e inyecten más dinero al mercado o emitan piezas monetarias de mayor denominación y que los bancos comerciales produzcan más dinero de la nada al otorgar créditos sin regulaciones ni límites, generando una liquidez monetaria exponencial, acción que por la ley del PIB marginal decreciente produce: contracción de la producción, recesión e inflación o deflación (dependiendo de si la moneda del país es considerada “de reserva”).

Con esas acciones económicas irracionales: personas, empresas, bancos y países terminan: endeudados, arruinados y quebrados, mientras crecen en cantidades astronómicas las cifras nominales manejadas por la economía, creyendo ingenuamente que esto es riqueza, aunque no existan incrementos de producción.

Por tales razones, en vez de usar precios y salarios nominales que solo indican cantidades monetarias sin significado, es necesario entender y usar precios reales y salarios reales, los cuales se miden con relación al precio de otros bienes o activos de referencia y son los verdaderos portadores de la información relativa a la escasez, para evitar que los incrementos de los salarios nominales, se conviertan en decrementos de los salarios reales o que los ciudadanos se endeuden cada día más o emigren, buscando obtener mayores salarios reales.

Como ilustración de lo dicho anteriormente, en vez de considerar un salario mensual nominal mínimo adecuado, como la cantidad de dinero que resulta de aplicar el índice de inflación a un salario mensual nominal anterior, sería más sensato establecer que el salario mensual real mínimo estable, se midiera como la cantidad constante de kilogramos de carne de res o la cantidad constante de gramos de oro que se puede adquirir con el salario mensual nominal.

A la vez, los precios reales de los demás productos y servicios también deberían indexarse al precio del bien o activo de referencia y todos los ajustes de precios y salarios se deberían concertar de forma periódica, basados en los costos reales.

En conclusión: ingreso nominal es la cantidad de dinero que se recibe, mientras que ingreso real es la cantidad de bienes y servicios que se puede adquirir con el dinero recibido y por tanto, un incremento del ingreso nominal, no representa siempre un aumento del ingreso real y por esa razón, los incrementos nominales de precios y salarios sin una concertación honesta entre las partes involucradas para mejorar o al menos mantener el poder adquisitivo que representa el ingreso real, solo generan ilusiones monetarias de corto plazo y más entropía económica.

Por otra parte, independientemente de si el dinero es analógico (billetes y monedas) o es digital (bits y bytes), es necesario que este dinero se respalde con oro, para controlar la sobre emisión de liquidez, pues como lo ha demostrado la historia de miles de años, el oro mantiene inflaciones promedio bajas y permite que esa figura monetaria honesta cumpla con sus funciones de ser: unidad de intercambio, unidad de cuenta y unidad de mantenimiento de valor.

Observación final: bancos comerciales como el Venezuela, están facilitando la apertura online de cuentas en divisas según convenio cambiario nro. 1, pero aún no hay un pronunciamiento oficial, respecto a cómo disponer de los fondos en divisas de las cuentas del anterior convenio cambiario nro. 20, cuya custodia es responsabilidad del BCV y por otra parte, se ofrecen opciones para que los clientes depositen y vendan sus divisas, pero no para comprarlas o adquirirlas por taquilla y también, las transferencias desde cuentas en divisas se acreditan en moneda nacional a las cuentas receptoras, lo cual no pareciera ser una práctica apropiada, pues para salir de la crisis actual se requiere de: reglas claras, honestidad, transparencia y confianza en el sector financiero tanto público como privado, para no seguir con más de lo mismo.

Saludos cordiales,

Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: domingo, 07 de marzo de 2021
http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional el 02 de marzo del 2021 y está en el enlace: Precios y salarios reales

jueves, 5 de mayo de 2016

La Falsa Ilusión de los Salarios Nominales y los Precios Nominales

Para las personas en general, es muy fácil caer en ilusiones monetarias de corto plazo, por no entender la distinción existente entre los conceptos: magnitud real y magnitud nominal, con variables económicas tales como son: los precios, los salarios, las tasas de cambio y el PIB, entre otras variables relacionadas con la economía, debido a que en la naturaleza humana existe un falso axioma, que hace creer a la gente que "más es mejor".

Este principio se conoce en Economía, con el nombre de "supuesto de insaciabilidad", el cual distorsiona la ley de oferta y demanda, convirtiendo en una utopía la creencia de auto regulación de precios de bienes y servicios, mediante las fuerzas naturales del mercado (oferta y demanda), lo que desencadena perversiones tales como: la especulación, el consumismo y la neo esclavitud, entre otras distorsiones, siendo por ello necesario la participación activa de los gobiernos, en materia de regulación de precios y salarios para evitar situaciones, tales como las que ocurren con los oferentes de alimentos, quienes prefieren botar a la basura un alto porcentaje de estos bienes al llegar a la fecha de vencimiento, en vez de disminuir sus precios para que los ciudadanos los puedan adquirir.

Otra situación de falta absoluta de equidad y racionalidad económica, es la que se presenta en países, donde los salarios reales son tan precarios, que en algunos casos son menores a un dólar diario, lo que genera pobreza extrema, con un salario mínimo real mensual que representa solo 3 kilogramos de carne de res o menos y donde los gobiernos permiten y aplauden que los productores exporten los productos que la gente no puede adquirir, porque su salario no les alcanza ni siquiera para comprar una cesta alimentaria con bienes sustitutos inferiores, con lo cual los trabajadores no logran recuperar su energía vital, por alimentarse parcialmente solo de carbohidratos, sin incluir proteínas en su alimentación y de esta manera esos trabajadores subalimentados, no pueden ser productivos y terminan enfermando por desnutrición. Esta situación de irracionalidad económica, es conocida como neo esclavitud.

Un ejemplo típico de la manipulación de las funciones de oferta y demanda que no siguen las fuerzas del mercado, se puede observar con las materias primas, donde los especuladores para obtener grandes ganancias con la fluctuación de los precios, ofrecen bienes que no existen, que se adquieren utilizando un dinero que no existe, lo que ocasiona una supuesta abundancia nominal, que arruina a los productores reales, quienes terminan dejando de producir, lo cual genera escasez por contracción de la oferta real (ejemplos: petróleo y oro).

Por la mala interpretación del uso del supuesto de insaciabilidad mencionado anteriormente, los oferentes de bienes y servicios tratan de incrementar sus precios ad infinitum, buscando la máxima utilidad y a su vez los consumidores se ven obligados a buscar el incremento de sus ingresos, siguiendo los aumentos de los precios nominales, lo que genera desequilibrios e inflación, la cual se mide actualmente con herramientas: inadecuadas, inexactas, manipuladas y desfasadas, como lo son el Indice de Precios al Consumidor (IPC) y el Deflactor del PIB.

Esta tendencia hace que los bancos centrales cada vez impriman e introduzcan más billetes al mercado o billetes de mayor denominación y que los bancos comerciales produzcan más dinero de la nada al otorgar créditos sin regulaciones ni límites, generando una liquidez monetaria exponencial, acción que por la ley del PIB marginal decreciente (la cual trataré en otro artículo) genera contracción del PIB, recesión y deflación o inflación (dependiendo de si el moneda del país es moneda de reserva o no).

Con estas acciones irracionales, las personas, las empresas y los países terminan: quebrados, arruinados y endeudados, mientras se le colocan cantidades astronómicas de ceros a las cifras que se manejan en la economía, creyendo ingenuamente que esto es riqueza.
  
Por tales razones, en vez de usar precios y salarios nominales que solo indican cantidades monetarias sin significado, es necesario entender y usar precios reales y salarios reales, los cuales se miden en relación al precio de otros bienes de referencia y son los verdaderos portadores de la información relativa a la escasez, para evitar que los incrementos de los salarios nominales, se conviertan en decrementos de los salarios reales y que los consumidores se endeuden cada día más, para poder compensar la caída permanente de sus salarios reales.

Esta confusión de conceptos en las magnitudes, podría aceptarse en personas comunes, pero no en muchos expertos-ignorantes pertenecientes a las ciencias económicas, quienes solo recomiendan siempre: incrementos de precios, aumentos de tasas de cambio (devaluaciones) o expansiones de liquidez de manera ilimitada, lo que sería similar a si los ingenieros, no supieran distinguir una magnitud escalar como son la masa o la energía, de una magnitud vectorial, siendo esta última la portadora de información tal como: módulo, dirección y sentido de magnitudes físicas como son: desplazamiento, velocidad, momentum, aceleración, fuerza, torque, etc.  

Como ilustración de lo dicho anteriormente, en vez de considerar un salario mensual nominal mínimo adecuado, como la cantidad de dinero que resulta de aplicar el índice de inflación a un salario mensual nominal anterior, sería más sensato establecer que el salario mensual real mínimo, se midiera como la cantidad de kilogramos de carne de res que se puede adquirir con ese salario mensual nominal.

Como un ejemplo teórico, podemos considerar la siguiente sugerencia: si para un país específico y para un año base de referencia, con un salario mensual nominal mínimo de 8.400 unidades monetarias [UM] se podía adquirir 120 Kilogramos de carne bovina a razón de 70 UM/Kilogramo, entonces se podría establecer que un salario mensual mínimo real fuera de 120 Kilogramos de carne de res, es decir 4 Kilogramos por día y por lo tanto los ajustes de salarios presentes y futuros deberían al menos mantener la capacidad de compra de esa cantidad de carne, independientemente de las variaciones de los precios nominales con el transcurso del tiempo. Por supuesto que los datos anteriores son un ejemplo general, porque la cantidad de kilos de carne que se fije como salario real mínimo dependen del país y de la concertación entre las partes involucradas, quienes deben buscar la equidad entre ellas.

A su vez los precios reales de los demás productos y servicios también deberían indexarse al precio del kilogramo de carne vacuna y todos los ajustes a precios y salarios se podrían hacer de forma periódica.

Esta sugerencia aplicada de manera consensuada entre: productores, trabajadores y gobiernos, mantendría un equilibrio estable y permanente entre los precios y los salarios, teniendo en cuenta que la auto regulación de precios por oferta y demanda es una quimera que no se cumple y se requiere equidad tanto para productores como para consumidores, que deben aprender a distinguir la diferencia entre magnitud real y magnitud nominal, lo que a su vez genera: equilibrio, paz, bienestar, prosperidad y progreso para todos los actores de la economía de un país o zona geográfica.

En conclusión: el ingreso nominal es la cantidad de dinero que se recibe, mientras que el ingreso real es la cantidad de bienes y servicios que se puede adquirir con el dinero recibido. Por tanto, un incremento del ingreso nominal, no representa siempre un aumento del ingreso real y por esa razón, los incrementos nominales de precios y salarios sin una concertación honesta entre todas las partes involucradas, para mejorar o al menos mantener el poder adquisitivo que representa el ingreso real, solo generan ilusiones monetarias de corto plazo y más entropía económica.


Alejandro Uribe: Economía y Política

Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador



Publicación inicial:     Jueves, 05 de Mayo de 2016

Última actualización: Jueves, 15 de Septiembre de 2016

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