domingo, 23 de octubre de 2011

La Crisis del Bolívar y una Posible Solución

Venezuela en el gobierno de Luis Herrera, desde Febrero de 1983,  se embarcó en el tren equivocado de la devaluación, manipulada por los especuladores monetarios y no ha habido gobierno alguno, que haya tenido el temple, la sabiduría y la voluntad política, para cambiar ese rumbo  errado. En el año 2003 se estableció un control de cambios, que está aún vigente para esta fecha. En el año 2008 con la reconversión monetaria, se esperaba que la moneda se fortaleciera, pero al seguir emitiendo dinero a manos llenas con fines de mantener el gasto fiscal, ese intento no funcionó. Luego se tomó el camino de de los revolucionarios franceses del siglo XVIII, quienes emitieron bonos  (Assignats y Mandats), inicialmente con intereses y respaldados por los bienes confiscados a la iglesia y después convirtieron dichos bonos en papel moneda, sin respaldo ni intereses, retirando de circulación el dinero real. Con esas medidas generaron hiperinflación, hambre y ruina en Francia. Entonces culparon a los campesinos, bodegueros, potencias extranjeras y a los productores por el caos del país.

Después de miles de muertos, presos y desterrados, llegó Napoleón Bonaparte y cuando el directorio (asamblea) le propuso seguir emitiendo papel moneda para pagar las deudas en 1803, él respondió: "pagaré la deuda con oro o no la pagaré" y emitió el franco de oro que estuvo vigente hasta antes de la primera guerra mundial y honró completamente la deuda francesa (algo similar a lo que hizo Juan Vicente Gómez, presidente de Venezuela desde 1908 hasta 1935, quien saldó la deuda interna y externa, racionalizó el endeudamiento y no permitió devaluar la moneda). Otra frase célebre de Napoleón fue: "Mientras viva no emitiré dinero inorgánico". Mirabeau, quien fue el mayor exponente de la revolución francesa, era defensor a ultranza de la emisión de bonos y no escuchaba las voces de los intelectuales, quienes le alertaban de los riesgos de esa práctica. A Mirabeau, se le expulsó del panteón nacional de Francia, cuando se descubrió que recibía pagos de la realeza, quienes se llevaban el oro francés a Alemania.

La historia nos demuestra que la solución no es ni la devaluación de la moneda, ni la hiper emisión de bonos de deuda para resolver los problemas económicos de un país. Hoy vemos como el Euro se debate entre la vida y la muerte, atacado por los especuladores financieros de la deuda, quienes habían quedado temporalmente fuera del juego especulativo, cuando crearon el Euro.

Una solución para Venezuela sería dolarizar la economía (o Yuanizar si se prefiere),  para lo cual habría que sincerar cuales son las verdaderas reservas en moneda extranjera registradas y no registradas en el BCV y en los diferentes fondos y proceder a dar el verdadero valor al tipo de cambio, reemplazando la moneda por el dólar (o el Yuan), pero manteniendo e incrementando las reservas ya existentes en oro hasta donde sea posible, por si ocurriera un crack del papel moneda. Esta medida no cuenta con el apoyo de grandes deudores, especuladores y muchos banqueros y economistas, que no son partidarios de la economía real y cuya carnada y caña de pescar en los ríos revueltos, son el consumismo y la devaluación. Por supuesto que si en el futuro se volviera a restablecer el patrón oro, esta sería la opción preferida para fortalecer la moneda nacional y protegerla del vampirismo devaluacionista y especulativo.

Se debería ser muy cuidadoso con la tentación de mantener una dualidad de monedas circulantes, a menos que la segunda moneda sea de oro. Argentina en 1991, acosada por la hiperinflación, estableció la ley de convertibilidad del Austral, donde igualaron un dólar a un peso convertible, cambiando 10.000 australes por un peso convertible y dejando que circularan pesos y dólares en paralelo; pero debido a que el gobierno siguió imprimiendo dinero inorgánico (pesos) con fines fiscales, emitiendo bonos (patacones), que se utilizaban como papel moneda y continúo endeudándose más, el monstruo de la hiperinflación volvió a aparecer y a finales del 2001, estalló la crisis que desembocó en el famoso corralito financiero. Por tal motivo los intentos de  dolarización no son temas triviales y requieren de planes bien estructurados, junto con disciplina monetaria y fiscal, que los gobiernos populistas quizás no desean aplicar. Para una verdadera dolarización también se requiere apagar la máquina emisora de moneda nacional.         

Todo intento que se haga para flexibilizar la camisa de fuerza impuesta en el año 2003 con el control de cambios es bienvenido, siempre que sea algo temporal,  en el camino a tomar una medida definitiva, que le permita al país engancharse a la locomotora donde están entre otros: Panamá, Ecuador, Colombia y Chile.

Algunas de las ventajas de la dolarización son:

1. Eliminación del mercado paralelo.

2. Disminución de la inflación.

3. Disminución de la tasa de interés.

4. Retorno de capitales fugados.

5. Incentivo al ahorro.

6. Incentivo a la inversión.

7. Incentivo a la producción nacional.

8. Regreso de la confianza en el país.

9. Democratización de la tenencia de moneda extranjera.

10. Eliminación de parte de la burocracia y corrupción.

11. Disminución del gasto por pago de deudas soberanas racionales futuras, al disminuir la tasa de interés.

12. Disminución de la conflictividad social y laboral. 

13. Eliminación de Cadivi y Sitme.

Pero hay que tener mucho cuidado con los capitales golondrinas de los especuladores.

Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas
Domingo, 23 de Octubre de 2011

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