La democracia es considerada como la mejor forma de gobierno para las
naciones, pues con este sistema político, el derecho de colocar o quitar a los
representantes gubernamentales, debería
ser potestad exclusiva de los ciudadanos, a través de mecanismos de
decisión basados en los procesos electorales, siendo que, en condiciones
ideales, sería conveniente que los electores pudieran seleccionar, postular y elegir
libremente, a los mejores ciudadanos con
que cuentan los países.
Infortunadamente, en la práctica no ocurre la situación democrática ideal,
debido a que los candidatos provienen de los partidos políticos y esos partidos
necesitan financiamiento para subsistir, de manera que existe un problema
subyacente, pues quienes financian a los políticos, no lo hacen por simple amor
a la democracia, sino que quieren cobrar con creces las facturas de lo invertido
en las campañas electorales que patrocinan, a través de la obtención de favores,
una vez que los postulados lleguen al poder y por lo tanto, los financistas prefieren
promover a ciudadanos ignorantes e incapaces que puedan ser sometidos,
extorsionados y manipulados fácilmente, por lo cual ignoran, desprecian y
repudian a los mejores líderes, que tengan experiencia, capacidad, honestidad y
libertad de criterio, virtudes que son fundamentales para lograr gobiernos
honestos, eficaces, eficientes y exitosos.
Por otra parte, existen empresas de supuestos
consultores políticos, que cobran grandes sumas de dinero para preparar de manera express e improvisada a los
posibles candidatos, aunque estos no tengan las mínimas condiciones para asumir
funciones de liderazgo y de gobierno, que son requeridas en un estadista y
manejan estas situaciones, como si se tratara de un simple reinado de belleza,
tal como ha ocurrido desde las épocas de Mr. Joseph Napolitan (1929 - 2013) y
sus asistentes, algunos de los cuales actualmente se dedican por su cuenta al
negocio de intervenir como asesores en los países con democracias bananeras,
como algunas en Latinoamérica, donde las elecciones se ganan mediante el uso de
maletines cargados de dinero de orígenes dudosos, la repetición de algunos
mantras, la desinformación, las ofertas populistas y el pago de encuestas
amañadas, para manipular a los ingenuos o peor aún, mediante la manipulación de
los sistemas informáticos electorales y por esa razón, como los candidatos que
obtienen el poder por estos métodos no tienen la experiencia ni la capacidad de
resolver los problemas, por no ser aptos para ocupar los cargos asignados, las
democracias van de mal a peor y los supuestos líderes improvisados, buscan la
forma de convertirse en dictadores para perpetuarse en el poder, mediante el
uso de cualquier medio, incluyendo los golpes de estado a los demás poderes
públicos.
Estas son algunas de las razones por las cuales los electores pierden la
fe, la confianza y la esperanza en los políticos y en los procesos electorales,
lo que conduce a que haya altos porcentajes de abstención en las votaciones,
debido a que en las ofertas de candidatos electorales no se da la oportunidad
de escoger a los mejores representantes, que puedan resolver los problemas existentes,
porque los elegidos están más orientados a trabajar en función de los intereses
propios y los de sus promotores, en vez de atender las necesidades de los ciudadanos.
En países como Chile, Ecuador o Colombia por mencionar solo a tres, los
ciudadanos han protestado quizás con justa razón, pero infortunadamente esas
protestas son infiltradas por grupos de vándalos violentos para generar caos y el
gobierno responde con represión, tratando de buscar culpables en otros lados o
reduciendo las protestas a una trivial politización, mediante la anacrónica
dicotomía izquierda-derecha, que reemplaza a la anterior dicotomía dios-demonio,
sin analizar las causas profunda del descontento de la gente, ni aceptar que han
existido malas praxis económicas y políticas heredadas del pasado, que tienen
sus efectos perversos sobre los ciudadanos, puesto que conducen a déficits
fiscales eternos, que luego quieren financiar con más restricciones o más
incrementos de impuestos, haciéndose de la vista gorda con la corrupción
existente, como fueron los casos en Colombia de: Pacific Rubiales, cuando un
grupo de especuladores -- donde estaban
algunos venezolanos como fue un exministro, expresidente del BCV y excandidato
presidencial en 1998 --, quienes estafaron a los inversores y a la nación,
siendo que sus pasivos financieros, laborales y ambientales se le traspasaron a
Ecopetrol; o el caso de Odebrecht, que financió campañas de políticos
corruptos, para obtener contratos de infraestructura; o el caso de Reficar,
donde se pagaron sobreprecios por la construcción de una refinería de crudo en
Cartagena y por último, el proyecto eléctrico de Hidroituango cuyo costo era de
3,8 miles de millones de dólares, pero que tiene problemas de construcción y aún
está inconcluso, por malas praxis de ingeniería y posible corrupción.
En el caso de Venezuela, desde 1958 ha habido algunos gobernantes que
han sido impuestos por los grupos de poder y manejados a través de secretarias
asignadas, que se convirtieron en primeras damas de facto, a quienes recurrían los
grupos económicos y financieros que patrocinaron sus campañas políticas, para
lograr obtener los beneficios que otorga la cercanía al poder, mediante
acciones negativas para el país como fueron entre otras: la eliminación del
bolívar-oro; el pago de activos a las concesionarias petroleras, que iban a ser
traspasados en corto plazo a la nación al vencer las concesiones; el envío de
las reservas de oro a Inglaterra; el sobre-endeudamiento en moneda extranjera;
el refinanciamiento de la deuda privada a cargo de la nación y más
recientemente: la quiebra de PDVSA, la corrupción de los bolichicos
alcahueteados por algunos banqueros y políticos, las estafas a través del
control cambiario y los contratos mil millonarios de infraestructura con
Odebrecht, donde cobraron completo pero nunca terminaron las obras ofrecidas,
sin que haya habido investigaciones serias al respecto.
Según lo requerido por la constitución nacional de Venezuela, para
finales del año 2021 se deben realizar elecciones regionales, con el objeto de
designar nuevos: gobernadores, alcaldes, consejos legislativos estadales y
concejos municipales y se espera que los partidos de oposición cambien sus
paradigmas errados y esta vez participen, escojan y promuevan a candidatos que
se destaquen por su experiencia, capacidad, honestidad y voluntad de servicio hacia
los electores, puesto que de no hacerlo así, no tendrían oportunidad de ser elegidos
como nuevos actores de la democracia, que permita reconstruir al país en el
mediano plazo, como ya se demostró con el fracaso en las elecciones
presidenciales de 1998, cuando la oposición participó dividida, postulando a 10
candidatos de diversos grupos y lo peor, donde los partidos mayoritarios para esa
época impusieron a sus electores como candidatos a una ex reina de belleza y a
un supuesto caudillo, quien necesitaba de intérpretes, debido a que nadie le
entendía lo que quería decir y por esa razón se obtuvieron los resultados y los
efectos conocidos desde hace dos décadas.
Durante los últimos años, algunos de los grupos políticos de oposición
han optado por no participar en las elecciones, por no contar con las debidas
garantías para que esos procesos sean creíbles, pero quizás también, por no
tener a los candidatos adecuados que puedan garantizar la participación masiva de
los electores que los lleve al triunfo y en mi opinión, teniendo en cuenta que
se ha designado a un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) estimo que es
necesario que los partidos de oposición se unan y propongan a candidatos creíbles
únicos por consenso, que sean capaces de brillar con luz propia, pero además
que tengan la capacidad de negociar una forma de garantizar que esas elecciones
sean realmente libres, confiables, auditables y no manipulables, pues la
solución a la crisis multidimensional que existe en el país debe ser racional,
pacífica y democrática, si no se quiere correr con la suerte de Libia, donde
después de 11 años de una “supuesta
intervención humanitaria para proteger a los civiles” por parte de la ONU y
la OTAN, quienes ofrecían libertad y democracia, aún hoy ese país está
destruido, dividido, en guerra, sufriendo de violencia, hambrunas y
emigraciones, siendo manejado por gobiernos interinos, sin que se vislumbre una
solución a corto plazo para esa sufrida nación, cuyo pecado al igual que el de
Venezuela, era poseer: reservas de oro, activos e inversiones en el exterior y
además grandes yacimientos de gas, petróleo y agua, lo que atrae a muchos estafadores
de diversas nacionalidades.
Es necesario destacar que no es suficiente con ganar las elecciones,
sino que además se requiere poder realizar un gobierno exitoso, con la
participación de los ciudadanos más capaces y experimentados y aunque no se
crea, es posible que existan personas y entidades que no desean ningún tipo de
solución para Venezuela, puesto que están muy cómodos recibiendo donaciones en
divisas para hacer supuestas ayudas humanitarias, que no llegan a los
necesitados ni se auditan y por otra parte, algunos políticos también se han apropiado
de los ingresos provenientes de activos e inversiones nacionales en el exterior
como Citgo y Monómeros colombo venezolanos entre otros y hay entidades
financieras internacionales que quieren y creen poderse quedar con los
depósitos de Venezuela que tienen bloqueados y por esa razón, juegan al caos
permanente del país, sin que les importe la suerte que corran los venezolanos
dentro o fuera de la nación.
Desde el punto de vista de la economía y en cualquier parte del mundo, una
vez que los nuevos gobernantes elegidos asumen el poder, se encuentran con un
problema administrativo que es, cómo financiar el gasto público sin caer en
déficits fiscales, donde excluyendo el pago de la deuda pública que representa
el mayor gasto fiscal para las naciones, el peso se concentra en los subsidios
y en el pago de salarios de nóminas burocráticas, que serán más abultadas si existen
muchas empresas de ese sector que no son autosustentables, por lo cual para
financiar el déficit se puede recurrir a acciones triviales tales como son:
préstamos internos o externos, aumento de impuestos, devaluación de la moneda,
generación de dinero de la nada y exportación de los recursos naturales, en
caso que los hubiera.
Debido a que la mayoría de las naciones están sobre endeudadas por las
prácticas de administraciones anteriores y los impuestos no son bien aceptados
por los ciudadanos, si no hay nada que exportar, quedan dos opciones
disponibles que son: solicitar a los bancos centrales la generación de dinero
de la nada y devaluar constantemente la moneda nacional, lo que conduce a la
caída del PIB, hiperinflación, envilecimiento del salario y por ende a las migraciones
hacia otros países, muchos de los cuales también tienen sus propios problemas,
que se reflejan en las protestas de sus habitantes y por lo tanto, si los
países receptores de inmigrantes no deseados quieren detener los flujos
migratorios, deben tener claro que se requiere hacer cambios eficaces en la
economía de los países de origen de las emigraciones, tal como parece que lo
entienden Mrs. Harris y Mr. Biden.
En el caso de Venezuela, las prácticas de expandir la liquidez y
devaluar la moneda han sido aplicadas desde 1974 hasta la fecha y en mi opinión,
son las generadoras de la crisis nacional y por lo tanto reitero que:
Toda empresa pública que no sea autosustentable debería ser puesta en
licitación, para que, mediante la figura de concesión a inversores del sector
privado, con la experiencia y la capacidad comprobadas de hacerla producir
eficientemente, esta pueda generar regalías e impuestos y también pagar un
salario real honesto a sus trabajadores.
Se debe hacer una reconversión monetaria eliminado de 5 a 6 ceros a la
moneda nacional, que debería fortalecerse mediante el respaldo y la redención con
oro físico, de modo que el BCV sea el único ente autorizado para emitir dinero
en forma física o digital, tal como lo manda la ley que regula al ente emisor.
Es necesario eliminar la creación de dinero crediticio o secundario que
hace la banca mediante la aplicación de una regla llamada reserva fraccionaria.
Se debe permitir un ambiente económico multimoneda, donde los ciudadanos
sin excepción puedan manejar y transar a través de la banca nacional sus
divisas, sin las restricciones que existen actualmente, pues una parte del
sector bancario recibe divisas de sus clientes, pero entrega bolívares devaluables
y por eso le exigen al BCV más incrementos de liquidez y menos porcentaje de
encaje legal.
La práctica de aumentar la liquidez y devaluar la moneda de manera
permanente no es sostenible en el tiempo y por otra parte “es un palo colocado a la rueda de la inversión privada nacional e
internacional”, que está dispuesta a invertir en la economía productiva,
siempre que haya estabilidad, honestidad y credibilidad en el país, lo cual se
logra mediante la existencia de una moneda nacional fuerte y estable, libertad
de circulación de divisas, democracia plena, reglas claras y una banca ética, que
abandone el uso de prácticas del pasado, tales como eran recibir las monedas de
oro y de plata circulantes para enviarlas al exterior, a cambio de billetes sin
respaldo, praxis que era usada por los primeros bancos que existieron en el
país, tales como fueron Banco Colonial Británico
y Banco Nacional de Venezuela, que quebraron a los 11 años de establecidos,
pues los ciudadanos repudiaron sus billetes de monopolio, con los que
pretendían expoliar a los clientes a mediados del siglo XIX “al igual que lo hicieron los conquistadores
con los indígenas, quienes cambiaban pepitas de oro por espejitos”.
Por lo expuesto anteriormente, considero que las prácticas de los
partidos políticos inherentes a su financiamiento y a la postulación de
candidatos, las praxis de algunos grupos económicos y financieros que los patrocinan,
la corrupción administrativa y la forma de financiar el gasto fiscal por los
gobiernos, constituyen los pies de barro de las democracias, que se convierten
en caquistocracias con el transcurrir del tiempo y por tal razón, cíclicamente se
repiten: protestas, crisis, rebeliones, revoluciones, tiranías y guerras, en
muchas partes del mundo.
Saludos cordiales,
Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador
Publicación Inicial: lunes, 17 de mayo de 2021
http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/
Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el
prestigioso diario El Nacional, el 11 de mayo del 2021 y está en el enlace: Democracias con pies de barro