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miércoles, 15 de marzo de 2023

Los factores que destruyen la economía de las naciones parte II

En el artículo publicado la semana anterior, explicaba lo que ocurrió con la moneda en Francia durante y después de la Revolución francesa, donde los ciudadanos estaban divididos en tres clases sociales que eran: la nobleza, la iglesia y el resto de la población, compuesto por la mayoría de los ciudadanos, siendo que las dos primeras castas sociales se creían con el derecho divino, de ser los beneficiarios exclusivos de los privilegios y las riquezas de la nación, mientras la clase mayoritaria era: sometida, esclavizada, hambreada, expoliada y arruinada, con impuestos, multas y trabajo servil y mal pagado, para sostener la vida dispendiosa de unas élites: corruptas, avaras e insensibles y por esa razón, algunos de los miembros de esas élites terminaron decapitados en la guillotina, como fue el caso del rey Luis XVI y de su esposa María Antonieta de Austria.

Debido a que los revolucionarios franceses cayeron en la trampa propuesta por el conde de Mirabeau y sus secuaces corruptos –los think tanks para esa época– de crear dinero fiduciario en grandes cantidades sin que hubiera un respaldo en oro para el pasivo producido, se generó una hiperinflación que arruinó a la población y entonces Napoleón Bonaparte dio un golpe de estado y como solución a la crisis económica implantó el Franco de oro, con lo cual volvieron a circular las monedas de oro y de plata, siendo que también todos los billetes emitidos bajo el sistema del patrón oro creado, debían estar respaldados por ese noble metal.

Lo interesante del patrón oro es que obliga a los emisores de dinero en papel o actualmente digital, a mantener oro de reserva, para poder redimir el pasivo emitido con ese metal precioso, cuando los usuarios lo soliciten, lo cual se constituye en una camisa de fuerza para que los gobiernos mantengan disciplina monetaria y por ende, sean muy cautos y sensatos con: el crédito, las inversiones, los gastos públicos y los controles a la corrupción y a la especulación, lo cual subyacentemente genera una disciplina fiscal, que junto a la monetaria, mantienen a las economías relativamente estables y prósperas.

Aunque para el ensayo original publicado, había investigado sobre el caso de Alemania, pero no lo había incluido, ahora considero que esa historia monetaria aporta valor al análisis y, por tanto, a continuación, expondré parte de la información relevante sobre esos eventos históricos.

2.- Caso de Alemania:

Durante el siglo XIX y a principios del siglo XX, el patrón oro era usado por varias naciones como fue el imperio alemán con su Marco de oro Goldmark o simplemente Mark, donde cada Marco era respaldado y redimido por 0,358 gramos de oro– el cual se utilizó entre 1873 y 1914, pero cuando comenzó la primera guerra mundial fue sustituido por el Papiermark que eran unos billetes sin respaldo, que le permitían a Alemania generar cantidades astronómicas de dinero de la nada, para pagar los gastos de la primera guerra mundial, ocurrida entre el 28 de julio 1914 y el de 11 noviembre 1918.

Más adelante el Papiermark se reemplazó por el Reichsmark –también sin respaldo con oro– tras la instauración de la República de Weimar, que es el período de la historia alemana comprendido entre 1918 y 1933, donde la hiperinflación fue de tal magnitud, que había que pesar el dinero en vez de contarlo, pues por ejemplo: para el 1 de noviembre de 1923, el precio de una libra de pan era 3.000 millones de marcos, el precio de un vaso de cerveza era de 4.000 millones de marcos y una libra de carne de res costaba 36.000 millones de marcos.

Esta crisis monetaria e hiperinflación junto con los gastos de compensación a las naciones ganadoras después que Alemania perdiera la primera guerra mundial y la gran depresión que empezó en 1929 –debido al crack bursátil por especular con acciones de empresas quebradas, durante los locos años 20– crearon el ambiente propicio que llevó al poder a Adolfo Hitler junto con los nazis, pues la destrucción de las instituciones convencionales y la ruina de los ciudadanos, donde: el trabajo, el estudio, el ahorro y la inversión en la economía productiva, dejaron de tener sentido y esas distorsiones sirvieron para crear una población propensa al reclutamiento militar por las fuerzas bélicas, que propiciaron el odio, el resentimiento y el deseo del Tercer Reich de expandirse para invadir y saquear a sus vecinos de Europa y del norte del África, iniciando así la segunda guerra mundial.

3.- Caso de Estados Unidos:

La segunda guerra mundial ocurrió entre 1939 y 1945 y fue iniciada por Alemania, a raíz de su crisis económica y la hiperinflación generada por la impresión exponencial de billetes sin valor, que hacía necesario usar sacos de dinero en papel para comprar una hogaza de pan y donde Adolfo Hitler emulando a Napoleón Bonaparte, declaró la guerra a algunos países, para apoderase de las riquezas de esas naciones de Europa y del norte de África y así salvar a la economía de su país que estaba colapsada.

Al finalizar esa guerra mundial, algunas naciones de Europa y Japón quedaron destruidas y arruinadas, de tal forma que en 1944 se realizaron los acuerdos de Bretton Woods, para establecer las reglas de un nuevo orden comercial y financiero mundial, entre las naciones más industrializadas del mundo y se crearon el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, estableciendo el uso del dólar como moneda internacional y comprometiéndose Estados Unidos a respaldar y redimir cada 35 dólares con una onza de oro, es decir, con una paridad de 0,889 gramos de oro por dólar.

En 1971 el presidente Richard Nixon, aconsejado por Milton Friedman –padre del Monetarismo– debido a la sobre impresión de dólares existente en ese momento, para financiar la guerra del Vietnam, decidió desconocer los acuerdos de Bretton Woods y le quitó el respaldo de oro al dólar. Esta acción le ha permitido a la reserva federal –FED– imprimir todo el dinero que desee, por no haber necesidad de contar con un activo tangible de respaldo de la moneda como era el oro.

Muchos ingenuos consideran que la sobre expansión de liquidez no genera inflación, debido a que Estados Unidos lograba en el pasado mantener este índice cercano al 2 %, sin darse cuenta que al ser el dólar considerado una moneda de reserva mundial desde 1944, le permite a ese país adquirir todos los bienes y servicios generados por la oferta agregada global. Esto significa que pueden disponer del PIB mundial, a costo de imprimir dinero sin respaldo de activos tangibles, aunque esta práctica les genera: desempleo, inflación, pobreza, indigencia, delincuencia, desindustrialización y relajamiento moral, donde solo los especuladores financieros hacen grandes negocios, pero crean otras distorsiones en su economía, que es netamente importadora.

A partir de 1980 un grupo de expertos económicos académicos de las universidades más reconocidas de ese país, que también eran asesores de las empresas financieras, de donde obtenían honorarios muy superiores a sus sueldos como catedráticos, iniciaron una campaña para convencer a los gobiernos sucesivos y a la opinión pública, de las supuestas bondades de la eliminación de las regulaciones al crédito, para que las entidades financieras pudieran relajar los controles, que minimizan el riesgo de hacer préstamos y otorgar créditos a entes y personas que no pueden pagarlos.

A raíz de la desregularización del crédito lograda por esos expertos académicos que volvieron a fortalecer la idea keynesiana de incrementar el gasto público y la liquidez para supuestamente aumentar el PIB y con la idea de Milton Friedman de eliminar al máximo los controles por parte del estado, desde el año 2001 se inició una expansión crediticia y una sinergia especulativa entre bancos comerciales, bancos de inversión, calificadoras de riesgo y compañías de seguros y se crearon unos productos financieros llamado CDOs --Collateralized Debt Obligations-- que consistían en colocar en un paquete, deuda hipotecaria y deuda al consumo, donde los bancos comerciales daban préstamos y créditos sin control, que les vendían a los bancos de inversión, quienes a su vez pagaban grandes comisiones a las calificadoras de riesgo, para que calificaran a esos instrumentos como AAA, que eran comprados por los fondos de pensiones y otros inversores ingenuos y eran asegurados por compañías de seguros, de tal forma que entre más volúmenes de venta existieran, había más comisiones y bonificaciones para quienes participaban como ejecutivos financieros y consultores en este tipo de pirámide fraudulenta, que produjo la burbuja crediticia de Estados Unidos y que les dejó a unos cuantos especuladores y a sus asesores grandes fortunas sin ningún tipo de castigo posterior.

Cuando muchos prestatarios no pudieron pagar los créditos en el año 2008, como era de esperarse, comenzó un efecto dominó, que llevó a la quiebra a bancos y a empresas, haciendo que el sueño americano se convirtiera en una pesadilla, al perder millones de personas en ese país y en otras partes del mundo: ahorros, vivienda, trabajo, bienestar, paz y en algunos casos hasta la vida, por suicidios al quedar en la ruina.

La solución dada por la Reserva Federal y el gobierno, consistió en continuar con las expansiones de base monetaria y deuda, incrementando de este modo exponencialmente la liquidez monetaria, para auxiliar financieramente a bancos y empresas quebradas, lo cual ha llevado al gobierno del año 2013 a un "shut down", por exceso del déficit fiscal y el endeudamiento, lo que hizo enviar de vacaciones sin remuneración a 800.000 trabajadores del gobierno, estando a esa fecha pendiente para comienzos del año 2014, una solución eficaz a los problemas de: déficit, endeudamiento y expansión exorbitante de la liquidez en Estados Unidos.

Más recientemente y a partir del 30 de enero de 2020 se declaró como epidemia una enfermedad viral llamada Covid-19 y debido al confinamiento de las poblaciones, las diversas naciones del mundo autorizaron mayor expansión de liquidez monetaria, para evitar el colapso económico y Estados Unidos no fue la excepción, por lo cual en estos momentos los bancos centrales del globo están tomando medidas para contrarrestar la inflación inherente a las flexibilizaciones cuantitativas anteriores, con el riesgo de que se produzca una recesión mundial similar a la producida en 1929.

Por el bien de la humanidad, esperamos que se imponga la lógica, la inteligencia y la racionalidad, para que Estados Unidos y las demás naciones del mundo no traten de resolver las crisis económicas generadas por la expansión de liquidez, utilizando los métodos belicistas de Napoleón Bonaparte o de Adolfo Hitler, promoviendo la tercera guerra mundial.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 15
 de marzo de 2023

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 14 de marzo del 2023 y está en el enlace: Los factores que destruyen la economía de las naciones II

martes, 15 de noviembre de 2022

El nuevo orden mundial parte I

Debido a las debilidades propias de naturaleza humana, que está sujeta a vicios tales como son: pereza, avaricia, envidia, soberbia, ira, lujuria y gula –los siete pecados capitales– las dimensiones del pensamiento de esta maravillosa raza de seres pensantes, racionales e inteligentes, las podríamos dividir en: economía, política, geopolítica, religión y comunicación, que al igual que ocurre con las dimensiones en la física clásica, de acuerdo a la teoría especial de la relatividad se distorsionan por efectos de la velocidad sobre los cuerpos, también las dimensiones del pensamiento humano se distorsionan por diversas aberraciones tales como son entre otras: especulación, corrupción, invasiones, pederastia y manipulación de la información.


Las aberraciones mencionadas son las culpables de que ocurran cada cierto tiempo en todas las culturas y épocas: protestas, revoluciones y guerras de tipo civil, local, regional y mundial, para tratar de corregir el desorden en el comportamiento humano y convertirlo en un nuevo orden mundial, como ha ocurrido históricamente después de las guerras efectuadas en el ámbito de la cultura occidental, tales como fueron las guerras de: Alejandro Magno, el imperio romano, las cruzadas, las napoleónicas, la primera y la segunda guerra mundial y actualmente la invasión de Rusia a Ucrania, entre otros muchos movimientos bélicos de diferentes magnitudes, cuyo origen es siempre de tipo económico y estas acciones les sirven a los promotores del belicismo para justificar la apropiación y expoliación de: territorios, recursos naturales, activos y riquezas ajenas, mediante el uso de la fuerza bruta, la violencia, la esclavitud y el genocidio, convirtiendo a algunas personas en seres irracionales, desalmados y forajidos, sin que les importe el sufrimiento de miles o millones de sus congéneres o el futuro de la humanidad.

Para aportar valor agregado a estas opiniones, en artículos sucesivos trataré de analizar de acuerdo a mi visión, cada una de las dimensiones distorsionadas que nos están afectando, empezando hoy por la situación de la economía que está colapsada, en estos tiempos post pandémicos y de pre guerra mundial.

A raíz de la destrucción de la economía global con la segunda guerra mundial, en julio de 1944 se reunieron en Bretton Woods los representantes más influyentes de los diferentes países del mundo y en ese momento se crearon nuevos organismos de vigilancia, control, conciliación y negociación, como fueron la ONU, el FMI y el Banco Mundial y también se establecieron nuevas reglas monetarias y financieras, para tratar de contrarrestar la crisis producida por la guerra anterior y para reiniciar la economía, donde el dólar de EE UU se impuso como moneda para el intercambio comercial universal y como moneda de reserva mundial, la cual estaba originalmente respaldada y redimida por oro, a razón de 35 dólares por onza troy y esta regla se mantuvo vigente hasta el 15 de agosto de 1971, cuando el presidente norte americano Mr. Richard Nixon, eliminó el respaldo del dólar con oro, repudiando así los acuerdos establecidos en 1944 y convirtiendo a esa moneda en dinero fiat, por recomendación de supuestos expertos económicos –influenciados por una teoría fracasada y fraudulenta llamada keynesianismo propuesta en 1936– tales como fue por citar solo uno de dichos expertos Mr. Milton Friedman, a quien premiaron con un nobel de economía en 1976.

El keynesianismo recomienda a los gobiernos crear dinero de la nada sin medida y sin respaldo de activos tangibles, para financiar el gasto público, con el propósito de aumentar la demanda agregada, que según Lord Keynes se encargaría por sí sola de disparar la oferta agregada, haciendo que la producción de bienes y servicios se expandiera, logrando así producir crecimiento del PIB y, por ende: empleo, abundancia de bienes y servicios, riqueza, bienestar y prosperidad, para aquellas naciones que aplicaran esta teoría económica y además, Keynes afirmaba que no se requería respaldar las monedas con oro, porque ese metal era una reliquia bárbara, de tal manera que cuando otros pensadores económicos de su entorno le indicaban que en el mediano y el largo plazo, esta praxis de expandir la liquidez sin medida ni respaldo, conduciría a la inflación y a la recesión en el futuro, gracias a la soberbia de quien cree que se las sabe todas y una más, Keynes replicaba que: en el largo plazo todos estaríamos muertos, siendo que por estas afirmaciones se le considera actualmente como un economista irresponsable, de corto plazo, interesado por el consumo, el presente y la inmediatez, repudiando virtudes tales como el ahorro, debido a que él era un especulador que quebró en dos ocasiones y por otra parte, no tuvo descendencia que sintiera los efectos de la implantación de su teoría.

Esa teoría económica que parecía tan simple y bondadosa se impuso desde 1971 en todo el mundo y aún está vigente y así fue como los bancos centrales empezaron a expandir sus ofertas de dinero fiat creado de la nada y la banca comercial obtuvo autorización para crear dinero inorgánico adicional en forma de créditos, mediante figuras llamadas el multiplicador bancario y la reserva fraccionaria, donde debido a que se espera que no todos los clientes soliciten simultáneamente sus ahorros y depósitos, se creó otra regla llamada encaje legal, que le permite a los bancos comerciales prestar el dinero de sus clientes a tasas reales negativas, muchas veces en forma alegre e irresponsable, por ser un dinero ajeno, de tal suerte que si este encaje legal se establece entre 5% y 10% como ocurre en muchos países, esto significa que los entes financieros pueden prestar entre el 95% y el 90% del dinero que sus clientes les entregaron para su custodia, quedando el riesgo de que al ocurrir corridas bancarias, los bancos centrales deban expandir aún más la liquidez monetaria para auxiliar a los bancos quebrados e insolventes.

La historia nos demuestra que la emisión exponencial de dinero sin respaldo de activos tangibles como es el oro, conduce en el mediano y en el largo plazo a un apocalipsis económico, que luego termina con belicismo, para darle la patada al tablero de juego cuando no hay otra forma de cumplir con los compromisos adquiridos, pues no es sustentable en el tiempo manejar monedas que no conserven su valor, aplicando leyes y reglas tales como el multiplicador bancario y la disminución del encaje legal, que permiten a la banca no solo crear dinero inorgánico adicional de la nada, sino también apropiarse de los depósitos de sus clientes para prestarlos en muchos casos a estafadores que viven y son apologistas de la especulación, sabiendo que sus deudas se diluirán en el futuro con trucos tales como: devaluación, control de cambios, impuestos sobrevenidos, inflación subyacente y finalmente acciones bélicas cuando todo falla, como producto de la aplicación de la mencionada teoría económica, creada para engañar y arruinar a tontos e ignorantes.

Estas prácticas monetarias y financieras conducen periódicamente a quiebras bancarias con banqueros y oligarcas que quedan inmensamente ricos e impunes, algunos fugados de sus países de origen, países que quedan quebrados y arruinados, por la aplicación recurrente de las malas praxis, que consisten en otorgar créditos a una élite compuesta por: corruptos, estafadores, especuladores y delincuentes financieros, que se convierten en oligarcas y se apropian tras bastidores del poder económico y político de las naciones y que luego son quienes imponen a través de las seudo democracias deterioradas a políticos ignorantes e incapaces, que no son más que muñecos de ventrílocuo, para que se encarguen de imponer reglas y leyes que favorezcan sus negocios y también para proteger a quienes los llevan y los mantienen en el poder de manera perpetua, tal como ocurrió al desmembrarse la Unión Soviética, donde un presidente alcohólico y corrupto le entregó a crédito los activos de esa nación a algunos miembros de su partido y luego colocó en la presidencia a un sucesor que le garantizara impunidad, tanto para él como para los oligarcas rusos, que se apropiaron de los activos de esa nación.

Si revisamos la historia de otros países, nos encontramos con un modus operandi idéntico en lo económico y político, independiente de si los gobiernos son de izquierda, centro o derecha, socialistas, comunistas o capitalistas.

Para el caso específico de Venezuela, entre 1918 y 1974 la moneda nacional era respaldada y redimida por oro y la tasa de cambio se mantuvo siempre menor a un fuerte –Bs. 5–, lo que hizo que la inflación promedio anual fuera de 1,3% durante 56 años, pero supuestos "expertos económicos, intelectuales y académicos" hicieron una campaña, repitiendo mantras para engañar a los tontos e ignorantes, tales como: el bolívar está sobrevaluado, Venezuela sufre de la enfermedad holandesa, hay que aplicar devaluaciones competitivas, la expansión de liquidez no genera inflación, etc, y con esas falacias lograron que el Sr. Carlos Andrés Pérez, terminara el 30-12-1974 con el bolívar-oro, para implantar el dinero fiat en el país y la teoría fracasada y fraudulenta llamada keynesianismo, que alentó a los gobiernos sucesivos, a producir en cantidades exponenciales dinero sin respaldo y por ende sin valor, desde 1975 hasta la fecha, para beneplácito y usufructo de los estafadores, que se llevaron las divisas provenientes de la exportaciones de crudo a los paraísos fiscales y arruinaron a la nación y hoy algunos de ellos viven impunemente como reyes en Europa y EEUU.

Por tanto, en la creación de un nuevo orden mundial para salir de la crisis actual, las primeras acciones para reconstruir la economía son: regresar a tipos de cambio fijos y estables, con monedas respaldadas y redimidas por oro, que conserven su valor, como le corresponde a cualquier país exitoso y más aún, si como en el caso de Venezuela, es un país exportador de la energía que mueve al mundo, que es el petróleo y el gas natural, teniendo en cuenta que en esta oportunidad países como Venezuela deben tratar de incrementar su producción de hidrocarburos hasta donde sea posible, pues Europa está llevando la peor parte y va a sentir los rigores del frío en el próximo invierno, si no consigue reemplazar el suministro del combustible ruso o detener de manera racional la locura belicista, donde los únicos ganadores serán los perros de la guerra y por otra parte, es necesario que las democracias no dependan de los grupos económicos que impongan a muñecos de trapo que les sirvan de alcahuetas, sino que se puedan postular y elegir en el futuro a los mejores ciudadanos con que cuentan las naciones, que tengan los méritos y las capacidades para ocupar los cargos públicos, con honestidad, eficacia, eficiencia y visión de estadistas, que busquen el bien para sus ciudadanos y para el resto del mundo.


Saludos cordiales,


Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador

Publicación Inicial: 15 de noviembre de 2022

en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/

Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 19 de abril del 2022 y está en el enlace: El nuevo orden mundial I