En esta oportunidad opinaré sobre
la mayor perversión que afecta a la comunicación social, conocida como la
manipulación de la información, teniendo en cuenta el axioma que afirma “la
información es poder” y justamente, esa manipulación busca distorsionar la
verdad y la historia, utilizando diversas técnicas, personajes y/o agrupaciones,
para obtener el poder y mantenerse eternamente en él, buscando apropiarse de lo
ajeno y además para favorecer los intereses particulares de grupos elitescos, en
detrimento de los intereses generales de las naciones y de sus ciudadanos.
En nuestra cultura occidental y
desde épocas remotas, el poder era manejado por una colusión de la nobleza con
la religión, de tal forma que los abusos de los nobles y el sufrimiento, la
esclavitud, la servidumbre y la expoliación de las poblaciones eran justificados
por los religiosos de turno, como provenientes de la voluntad divina, de tal
suerte que utilizaban la figura de la herejía –tener ideas contrarias a dogmas, reglas y principios, impuestos por las
minorías hegemónicas– para silenciar, atemorizar, castigar, expatriar o asesinar,
a quienes tenían ideas diferentes a las establecidas como dogmas por los nobles
y los religiosos de aquellos tiempos.
Para contrarrestar el supuesto
pecado de herejía, en la edad media se creó una institución llamada la “santa
inquisición”, que castigaba con torturas, cárcel, destierro y la hoguera, a quienes
investigaban sobre plantas medicinales, alquimia u otras ciencias naturales
incipientes, como fue el caso de Galileo Galilei –padre del método científico y abuelo de la física clásica– quien
basado en las afirmaciones de Nicolás Copérnico y mediante sus observaciones,
reflexiones, experimentos y el uso del telescopio, publicó en 1610 la tesis que
afirmaba “la tierra no es el centro del universo y los cuerpos celestes giran
alrededor del sol” y por tal razón, la inquisición lo condenó como un hereje y
quería llevarlo a la hoguera, pero su castigo fue conmutado, dándole casa por cárcel para el resto de su vida,
gracias a la intervención de la familia Medici y a que se retractó de sus
publicaciones científicas.
Durante los siglos de existencia
la inquisición, en su tarea de limitar la libertad de pensamiento e
información, quemó libros, documentos, obras de arte y además torturó y condujo
a la hoguera a miles de hombres y mujeres que eran falsamente acusados de
practicar la brujería o tener pactos con el diablo, pero detrás de esas
condenas había un interés más económico que moral, que consistía en apropiarse
de los bienes que poseían los ajusticiados por esa perversa institución.
Con respecto a las situaciones de
carácter distópico relacionadas con la manipulación de la información, que
sirven para conservar la hegemonía de los grupos de poder, se han hecho
diversas publicaciones de tipo literario, donde una de las más interesantes es
la novela de ficción distópica llamada 1984, publicada en 1949 por el ciudadano
de origen británico George Orwell, cuyo nombre real era Eric Arthur Blair.
La importancia de esta obra
literaria, es que en sus relatos se muestra una gran similitud entre lo
planteado hace 73 años por esa novela y la distopía que existe en el mundo
actual, donde se aplica indiscriminadamente la manipulación de la información
con diversas técnicas modernas, medios de comunicación sofisticados,
geolocalización, vigilancia permanente y además con el uso de la represión política,
social y económica, aplicada a ciudadanos, empresas y naciones, para apropiarse
fraudulentamente de sus activos.
En la novela mencionada, el mundo
estaba dividido en 3 superpotencias que eran: Oceanía, Eurasia, Asia oriental y un área en disputa, que se
mantenían en guerra permanente, con el objetivo de tener a sus ciudadanos pobres,
ignorantes y atemorizados, para que drenaran contra otras personas y otros naciones
todo el odio acumulado que sentían por su precariedad económica, que solo les
permitía medio sobrevivir miserablemente, entretenidos con estupideces que
publicaban a través de pantallas electrónicas y también para mantener la producción
armamentística a toda costa, situación muy similar a lo que ocurre actualmente
con la división del mundo entre EE.UU, Rusia y China, que son las potencias que
imponen su hegemonía a todo el resto del planeta tierra.
Una de las técnicas usadas por el
partido político único que gobernaba a Oceanía era la manipulación semántica de
la información, donde se usaban eufemismos tales como la denominación de los 4
ministerios existentes con nombres opuestos a sus verdaderas funciones que
eran: el ministerio del amor, que se encargaba de castigos, torturas, reeducación
ideológica y la promoción del amor al gran hermano, que era la figura todo
poderosa, considerada un ser supremo, quien estaba en todas partes y vigilaba a
todo el mundo; el ministerio de la paz, cuya función era hacerle la guerra a
las otras naciones, procurando que fuera permanente, para producir miedo en los
ciudadanos y evitar protestas y rebeliones locales; el ministerio de la abundancia,
que mantenía a la gente apenas subsistiendo mediante racionamientos y por
último, el ministerio de la verdad, que estaba encargado de manipular, alterar,
destruir y reescribir la historia en favor del partido único.
En esa sociedad distópica había
una división en tres castas de ciudadanos que eran: los miembros internos del
partido único o consejo dirigente, quienes gozaban de todos los privilegios del
poder político y económico; los miembros externos, que eran los burócratas
arruinados de clase media, que usaba el partido para manejar a la nación y por
último, estaba el proletariado que era la gran mayoría, quienes eran mantenidos
pobres, ignorantes y en condición de indigencia, pero entretenidos en asuntos
triviales, para evitar que se revelaran contra el partido y el gobierno.
Como en toda distopía, el partido
único llamado Ingsoc, había creado tres lemas que se repetían como mantras: la
guerra es la paz, la libertad es la esclavitud, la ignorancia es la fuerza y la
clase dominante compuesta por los miembros internos y externos del partido debían
participar todos los días en una actividad llamada “los dos minutos de odio” y luego
en evento periódico llamado “la semana dedicada al odio”, que estaban dirigidos
a satanizar a un supuesto líder ficticio de la oposición o resistencia, conocido
como Emmanuel Goldstein y a las otras 2 naciones existentes, a quienes culpaban
de todas las desgracias e incapacidades del gobierno de Oceanía y por último,
existía una policía del pensamiento, para arrestar a quien pensara diferente,
puesto que el crimen del pensamiento era el más grave en esa sociedad distópica,
donde se usaban tele pantallas con micrófonos incorporados para publicar, ver,
escuchar y grabar las actividades de los miembros del partido, a quienes no les
permitían intimidades tales como enamorase o practicar el sexo.
Por cierto, la oposición o
resistencia existente, también hacía parte del gobierno, como lo comprobaron un
iluso llamado Winston Smith y su novia secreta Julia, quienes por su trabajo en
el ministerio de la verdad, ajustando textos mediante la neolengua y ocultando
la verdad de los hechos, se dieron cuenta de la estafa que era el partido único
Ingsoc y creyendo en la falsa oposición fueron apresados, torturados y obligados
a reeducarse, para seguir perpetuando la situación de esclavitud en que le
élite gobernante mantenía al resto de la población de Oceanía.
Actualmente, las técnicas
empleadas para manipular la información son utilizadas por algunos de los
llamados “profesionales de la persuasión”, tales como son entre otros:
comunicadores sociales, encuestadores, asesores políticos, promotores de
publicidad y mercadeo y otra clase de supuestos expertos en malas artes,
quienes gracias a sus gestiones manipuladoras de la información, han impuesto a
muchas naciones del mundo: teorías económicas fracasadas y fraudulentas como es
el keynesianismo; un dinero volátil que no conserva su valor –dinero fiat y criptomonedas– para
estafar a los tontos; gobernantes ignorantes, incapaces y corruptos, que se
comportan como pelmazos, cuyas acciones conocidas son repetir mantras como
loros o en ciertos casos mostrar sus nalgas en público; sicópatas, sociópatas,
degenerados y depravados, como líderes mundiales; pederastas y aberrados
sexuales como ministros de la iglesia; burócratas ineficientes e ineficaces
como responsables de las organizaciones mundiales encargadas de velar por la
paz y el orden global.
De forma similar a lo que ocurría
con las tele pantallas con micrófonos incorporados mencionadas en la novela
1984, los medios modernos de comunicación han convertido a muchas personas en
cuerpos si cerebro o peor aún, sin alma, con comportamientos similares a los
zombis, porque están más pendientes de asuntos estériles y superficiales con su
teléfono celular, en vez de ocupar su tiempo viviendo su propia existencia,
reflexionando y preparándose para afrontar el futuro, para no convertirse en
una generación insensata, ignorante, improductiva, orientada al odio, con algún
tipo de pereza física o mental, a quienes solo les interese leer textos menores
a 280 caracteres y despreciar las virtudes reconocidas del pasado, que
conducían al éxito de las naciones y de los ciudadanos, tales como eran:
educación, investigación, trabajo, ahorro, inversión real y producción.
Con la implantación de un nuevo
orden mundial honesto, eficiente y eficaz, toda esta clase de vagabunderías
distorsionantes y perversas del pasado deberían desaparecer, para lograr al
menos una aproximación al concepto de utopía, que permita a los pueblos vivir
en: paz, libertad, armonía, abundancia, bienestar, progreso, prosperidad y
equidad, sin que existan conflictos internos o externos, que es el denominador
común en nuestros tiempos actuales; pero para que esta situación ideal ocurra
exitosamente, se requiere la existencia y la promoción de líderes reales, con
capacidades y visión de verdaderos estadistas, quienes desafortunadamente son
ignorados, despreciados y repudiados, por quienes quieren mantener el statu quo
por toda la eternidad.
Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador
Publicación Inicial: 16 de noviembre de 2022
en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/
Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 17 de mayo del 2022 y está en el enlace: El nuevo orden mundial IV