Para ilustrar lo dicho
anteriormente, sin viajar tantos años en la historia, podemos mencionar las
guerras e invasiones de Napoleón Bonaparte a sus vecinos de Europa, Asia y el Norte
de África, después que Francia quedó en la ruina por la hiperinflación generada
con la emisión monetaria desordenada que hicieron los líderes de la revolución
francesa, acción que fue replicada luego por Adolfo Hitler después de la
hiperinflación en la república de Weimar –Alemania de la post guerra, entre
1918 y 1933– donde se necesitaban carretillas llenas de billetes devaluados,
que en vez de contarlos había que pesarlos, para poder comprar un pan, lo que
condujo a la segunda guerra mundial.
Infortunadamente, las lecciones
de la historia se ocultan o se olvidan a propósito y, por tanto, cada cierto
tiempo se repiten los mismos errores monetarios y financieros con las mismas
consecuencias funestas, de tal forma que actualmente estamos de nuevo en una
distopía y al borde de una tercera guerra mundial, cuyas causas son exactamente
iguales a las que justificaron acciones de genocidas como fueron Napoleón o Hitler
en su momento, para invadir y expoliar a otras naciones.
Desde 1971 se implantó a nivel
mundial una teoría fracasada y fraudulenta llamada keynesianismo, propuesta en
1936 por John M. Keynes, quien irresponsablemente recomendó a los gobiernos
crear dinero de la nada sin medida y sin respaldo de activos tangibles, para
financiar el gasto público, de tal manera que cuando otros pensadores
económicos de su época le indicaban que en el mediano y en el largo plazo, esta
mala praxis de expandir la liquidez exponencialmente, conduciría a la inflación
y a la recesión en el futuro, Sir. Keynes les replicaba que “en el largo plazo
todos estaríamos muertos”.
Esa teoría económica aún está
vigente y haciendo estragos y así fue como los bancos centrales expandieron sus
ofertas de dinero fiat creado de la nada y la banca comercial obtuvo
autorización para crear dinero inorgánico adicional en forma de créditos,
mediante figuras llamadas el multiplicador bancario y la reserva fraccionaria,
donde debido a que se espera que no todos los clientes soliciten
simultáneamente sus ahorros y depósitos, se creó otra regla llamada encaje
legal, que le permite a los bancos comerciales prestar el dinero de sus
clientes a tasas reales negativas, en forma alegre e irresponsable, por ser un
dinero ajeno, de manera que si este encaje legal se estableciera entre 5% y 10%
como ocurre en muchos países, eso significaría que los bancos pueden prestar
entre el 95% y el 90% del dinero que sus clientes les entregaron para su guarda
y custodia, quedando el riesgo de que al ocurrir corridas bancarias, se impongan
corralitos financieros y los bancos centrales deban expandir aún más la liquidez
monetaria, para auxiliar a los bancos quebrados e insolventes.
La emisión exponencial e
irresponsable de dinero sin respaldo de activos tangibles, conduce
inexorablemente a un apocalipsis económico, con cinturones de óxido y de
miseria, desempleo, salarios miserables, migraciones, violencia y drogadicción,
lo que finalmente conduce al belicismo, para darle la patada al tablero de
juego cuando no hay otra forma de cumplir con los compromisos adquiridos, porque
no es sustentable en el tiempo manejar monedas que no conserven su valor,
aplicando leyes y reglas leoninas tales como son entre otras el multiplicador
bancario y la disminución del encaje legal, que permiten a la banca no solo
crear dinero inorgánico adicional de la nada, sino también apropiarse de los
depósitos de sus clientes para prestarlos en muchos casos a estafadores y
vividores, apologistas de la especulación-devaluación-inflación, sabiendo que
sus deudas se diluirán en el futuro con trucos tales como: corralitos
financieros, devaluaciones, control de cambios, impuestos sobrevenidos,
inflación subyacente y finalmente acciones bélicas cuando todo falla.
Estas prácticas monetarias y
financieras promovidas por supuestos expertos económicos –algunos de ellos
también son vendedores de encuestas– conducen a quiebras bancarias, con
banqueros y políticos corruptos, quienes se hacen inmensamente ricos e impunes,
que huyen de sus países de origen y ocultan sus fondos en paraísos fiscales o en
naciones de gobiernos alcahuetas, mientras los países afectados quedan
quebrados y arruinados, por la aplicación recurrente de malas prácticas, que
consisten en otorgar créditos a una élite parasitaria que ni trabaja ni produce
nada, compuesta por: corruptos, estafadores, especuladores y delincuentes
financieros, que se convierten en oligarcas y se apropian tras bastidores del
poder económico y político de las naciones y que luego son quienes imponen a
través de las seudo democracias deterioradas a políticos ignorantes e
incapaces, que son muñecos de ventrílocuo, para que se encarguen de imponer
reglas y leyes que favorezcan sus negocios y también para proteger a quienes
los llevan y los mantienen en el poder de manera perpetua, tal como es el caso
del especulador más reconocido a nivel mundial que es Mr. Soros, cuyo dinero
mal habido, producto de la especulación financiera, sirve para promover
fundaciones manipuladoras, a nombre de la libertad, la democracia y los derechos
humanos, imponiendo a pelmazos en los gobiernos, gracias a las deficiencias
actuales de las democracias y también proponiendo irresponsablemente hacerle
guerras a otros países, en vez de facilitar la paz y la cooperación entre las
diversas naciones del mundo.
Finalmente, una propuesta de cambio al paradigma monetario del dinero fiat eran las criptomonedas, pero resultaron ser otra estafa piramidal de esquema Ponzi, tal como se había pronosticado en este blog el 19-07-2017, en un artículo llamado El futuro de las criptomonedas según una visión heurística donde se indicaban algunas fallas de ese tipo de seudo dinero y se concluía con el siguiente párrafo:
“Si no se corrigen estas
debilidades, las criptomonedas no servirán para el comercio real y solo serán
útiles para especular como en un juego de monopolio, a diferencia que aquí
muchos participantes ingenuamente colocan sus activos reales, que son
adquiridos con monedas ficticias y los pocos ganadores se quedarán con todo a
cambio de nada, por lo cual hay montañas rusas de precios con pendientes
pronunciadas y su futuro es que al ser burbujas e ilusiones monetarias,
fracasarán y serán un mal recuerdo, como han fracasado todas las monedas
conocidas excepto: oro, plata u otros metales nobles, que son el dinero real
por tener valor intrínseco”.
Muchos bancos centrales del mundo
poseen grandes reservas de oro que están ociosas en depósitos subterráneos y
podrían ser de utilidad para regresar al patrón oro con la ayuda del FMI, donde
pueda crearse una moneda universal que sea unidad de medida y reserva de valor,
que también permita desescalar los escarceos belicistas actuales que a nadie
convienen, en beneficio de la paz, la cooperación y el intercambio comercial
global libre y honesto.
Alejandro Uribe: Economía y Política
Ingeniero, Consultor de Empresas e Investigador
Publicación Inicial: 16 de noviembre de 2022
en http://auribe-economia-y-politica.blogspot.com/
Nota: este artículo original de mi autoría, fue publicado en el prestigioso diario El Nacional, el 21 de junio del 2022 y está en el enlace: Es el dinero estúpido
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